¡De pie!

Escrito el 29/07/2019
Ps. Gustavo Muñoz


Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; mas los impíos caerán en el mal. Proverbios 24:16


Hoy, Colombia celebra la victoria del colombiano Egan Bernal, campeón mundial del Tour de Francia 2019. Las noticias y comentarios no paran. Sin duda, un Tour de Francia no se gana todos los días, pero en ésta edición, el trofeo es nuestro. 

He seguido los reportes oficiales de esta victoria y estoy gratamente contagiado por la alegría y la esperanza de ver una muchedumbre de lideres que, en el futuro, sigan alimentando nuestra confianza de convertirnos en destacados ganadores. 

Egan, esta vez protagonizó una apasionante participación. Su nombre estuvo en la boca de los expertos, quienes lo observaron y marcaron como posible ganador. Finalmente, los pronósticos se cumplieron y la torre Eiffel se pintó de amarillo, azul y rojo. 

Sin embargo, considero que nos hace falta hablar de una de las caídas más lamentables de Egan Bernal, a tan solo 7 días de iniciar el pasado Giro de Italia. Siendo un ciclista estrella, todo apuntaba a que tendría una participación brillante en el Giro, pero su suerte cambió al sufrir una aparatosa caída que le produjo algunas lesiones, entre ellas, la fractura de su clavícula. 

Estas fueron las palabras de Egan Bernal cuando reflexionó acerca de las “bondades” de ese acontecimiento fortuito: ”las cosas no pasan por casualidad" y aseguró que sin la caída que le impidió disputar el pasado Giro de Italia ahora no estaría a punto de ganar el Tour.

"Desde el año pasado estaba preparando el Giro de Italia como objetivo, pero me caí y me rompí la clavícula. Las cosas pasan por algo, es increíble. Si hubiera corrido el Giro o si no me caigo no estaría ahora aquí de amarillo", dijo.

Amado lector, las caídas, el esfuerzo y los sacrificios, son la base de sus victorias futuras. Nadie imaginaría que una pausa forzada, permitiría que Egan, tiempo después, recuperara las condiciones físicas y anímicas para ganar un título de tamaña envergadura.  

¿Qué hará usted con sus fracasos? ¿Cómo responderá a las crisis y pérdidas que ha tenido? La Biblia nos muestra un solo camino: levantarnos. 

Levántese, no se lamente más por sus heridas; mejor póngase en pie y avance hacia su destino, usted obtendrá aquello por lo cual ha luchado, pero le pido, no se entregue cual si fuera una víctima, a los brazos de la derrota.  

Despida los pensamientos de derrota, culpa y fracaso. Comprenda que Dios mantiene sus ojos sobre usted, Él no lo ha descartado. Aquellos dolores, lesiones y caídas, si usted hace de Dios el centro de su vida, lo llevarán más lejos de lo que usted imagina.

Con amor, su servidor.