¡Volver a reír!

Escrito el 17/07/2020
Ps. Gustavo A. Muñoz L.


Las jóvenes danzarán de alegría y los hombres —jóvenes y viejos— se unirán a la celebración. Convertiré su duelo en alegría. Los consolaré y cambiaré su aflicción en regocijo. Jeremías 31:13.


Su corazón no estará triste para siempre. Ninguna aflicción es eterna, todas, por mucho tiempo que pudieran permanecer, son temporales. 

Así como la temperatura cambia de una estación a otra y de la misma manera cambia el clima de la mañana a la noche, así mismo transformará el Señor esa difícil situación que usted hoy atraviesa.  

Nunca olvide que nuestro Dios tiene el poder de arrasar con las más profundas raíces de aflicción y sembrar en el terreno de nuestro corazón, una poderosa semilla de la alegría.

Amado lector, la vida en ocasiones parece que se reduce a una lucha por el gozo, a una batalla por conquistar la alegría. La buena noticia es que el garante de nuestra victoria es Dios.

Usted puede tener la convicción de que no llorará toda la vida, no se lamentará por siempre, todo lo contrario, recibirá un bautismo de gozo que borrará las memorias de su dolor.

Debo confesar que esta es una de las promesas más emocionantes para mí. Lo es por una sencilla razón: no se sabe cómo ocurrirá, lo único seguro es que pasará.

Usted sabe de lo que le estoy hablando. Todo a su alrededor parece desmoronarse, no hay esperanza alguna, es más, usted siente como si una cuerda apretara cada vez más su cuello. Pareciera que no hay manera de salir de ese profundo hueco. Claramente ve cómo su enemigo se hace más poderoso, mientras usted se debilita y pierde toda esperanza. 

Entonces, es cuando la mano de Dios aparece, brilla y actúa. No se puede explicar de manera lógica, pero lo cierto es que Dios cumple su maravillosa promesa y entonces, cambia nuestra condición. Usted tendrá un nuevo amanecer por disfrutar.

Israel estaba lejos de un posible retorno, su cautiverio cada vez parecía más tormentoso. Nada podía estar peor. Sin embargo, la promesa de Dios se cumplió y el pueblo pudo retornar a casa. 

¿Se siente lejos de su propósito? ¿Se siente solo? ¿Está afligido? Recuerde entonces, que el Señor cambiará su tristeza en alegría, su aflicción en gozo y usted recuperará su sonrisa. No estará para siempre postrado, el Señor lo levantará, usted volverá a sonreír. 

Gran abrazo.