"Y no nos metas en tentación".

Escrito el 08/03/2021
Charles Spurgeon


Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del malLucas 11:4.


Lo que nos enseña a buscar o evitar en la oración es lo que deberíamos perseguir o evitar en las acciones.

Con mucho empeño, por lo tanto, debemos evitar la tentación, buscando caminar con mucha cautela por la senda de la obediencia, para que nunca tentemos al diablo para que nos tiente.

No debemos entrar al matorral a buscar al león. Pagaremos un alto precio por tal presunción.

Ese león pude cruzarse por nuestro camino o lanzarse de un salto desde un matorral, pero cazarlo no es asunto nuestro.

Aquel que se encontró con Él, aunque ganó ese día, se dio cuenta de que esa batalla es muy dura. Que los cristianos oren para que puedan ahorrarse el encuentro.

Nuestro salvador, que había experimentado lo que significaba la tentación, advirtió encarecidamente a sus discípulos: “oren para que no caigan en tentación” (Lucas 22:40).

Pero si consentimos en hacer lo que queremos, seremos tentados, y por ello la oración: “líbranos del mal”. Dios tenía un Hijo sin pecado, pero no tuvo ningún hijo que no fuera tentado.

“Con todo, el hombre nace para sufrir, tan cierto como que las chispas vuelan” (Job 5:7), e igual de cierto es que el cristiano nace con la capacidad de enfrentar y vencer la tentación en el poder de Dios.

Siempre tenemos que estar vigilantes contra Satanás, porque, como un ladrón, no nos insinúa que va a acercarse.

Los creyentes que han experimentado los caminos de Satanás saben que hay ciertas épocas en las que es muy probable que ataque, como en ciertas épocas pueden esperarse vientos desapacibles.

Por eso, el cristiano se pone en guardia doble por temor al peligro, y el pecado se evita preparándose para enfrentarlo.

La prevención es mejor que la cura: es mejor estar tan bien armado para que el diablo no ataque, que padecer los peligros de la lucha, aunque de ella resultemos vencedores.

Ora en éste día para no ser tentado, y para que si la tentación es permitida, seas librado del maligno.