Por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó. 1 Tesalonicenses 2:18.
Desde la primera hora en la que el bien entró en conflicto con el mal, nunca ha dejado de ser verdad en la experiencia espiritual que Satanás nos estorba.
Desde todos los puntos del radio de acción, a lo largo de toda la línea de batalla, en la delantera como en la retaguardia, al alba o a la medianoche, Satanás nos estorba.
Si luchamos en el campo, trata de quebrar la reja del arado; si edificamos un muro, trabaja para derribar las piedras; si vamos a servir a Dios en el sufrimiento o en el conflicto, en todo lugar Satanás nos estorba.
Nos estorba cuando recién vamos a Jesucristo. Tuvimos encarnizados conflictos con Satanás cuando por primera vez miramos la cruz y recibimos vida.
Ahora que somos salvos, se esfuerza por impedir que logremos la plenitud de nuestro carácter personal.
Quizás te congratules diciendo: “Hasta acá he caminado de forma consistente, ningún hombre puede desafiar mi integridad”.
Cuídate de la presunción, pues tu virtud todavía será probada. Satanás va a dirigir sus motores contra la virtud por la cual eres reconocido.
Si hasta ahora has sido un creyente firme, tu fe será por lo tanto atacada; si has sido manso como Moisés, prevé que serás tentado a hablar imprudentemente con tus labios.
Los pájaros picotearán tus frutos maduros y el jabalí clavará sus colmillos en tus viñas selectas.
Con seguridad, Satanás nos estorbará cuando seamos fervientes en la oración. El comprueba nuestra importunidad y debilita nuestra fe, a fin de que, si fuese posible, perdamos la bendición. Y está igual de alerta para estorbar el esfuerzo de los cristianos.
Nunca hubo un avivamiento espiritual sin un avivamiento de la oposición. Tan pronto como Esdras y Nehemías comenzaron a trabajar, Sambalat y Tobías se enardecieron para estorbarlos.
¿Qué entonces? No nos alarmemos de que Satanás nos moleste, pues es una prueba de que estamos del lado del Señor y de que hacemos la obra suya. Su fuerza nos hará ganar la batalla y triunfar sobre nuestro adversario.
¡Esforzado día!