¿Mirar atrás?

Escrito el 05/11/2022
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


 

“Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.” S. Lucas 9:62


La inseguridad es un serio problema que, por cierto, puede hacer tanto daño como los mismos errores.

Note que, en ocasiones, tenemos tanto miedo a fallar o equivocarnos, que en lugar de arriesgarnos para gozar de una nueva victoria, lo que hacemos es debilitarnos hasta el punto de creer que no seremos capaces de lograr nada.

La inseguridad se origina por distintas razones. Una de ellas se debe al pobre y deforme concepto que tenemos de nosotros mismos. Si usted desconoce aún quién es en Cristo, entonces con urgencia debe recordar su identidad según la Biblia, para luego, enfrentar su próximo desafío.

Permítame recordarle algunas declaraciones de las Escrituras acerca de usted. La Biblia dice que usted es “más que vencedor”. Eso significa que no es un perdedor, sino un creyente cuya vida se sustenta en la grandiosa y eterna victoria de Cristo sobre la perdición, el pecado y la destrucción.

También dice la Biblia que usted es “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios”. Amado lector, usted es lo que Dios dice que es, no lo que otros piensan.

Si la Biblia lo llama vencedor, linaje escogido, hombre o mujer de Dios, pueblo distinguido, ¿por qué pensar como un incapaz o en ocasiones como un perdedor? No tenga duda de que Dios quiere bendecirlo y también quiere usar su vida para bendecir a otros, pero es tiempo de que aparte la inseguridad de su agenda.

No hay tiempo para inseguridades; no mire atrás, sea lleno de la confianza en Aquel poderoso Dios que, al encontrarlo perdido, lo trajo de vuelta a su gloriosa luz. Si ya puso la mano en el arado, no mire atrás; usted sí es capaz, no abandone tan importante llamado de Dios, más bien, entregue lo mejor que tiene y concéntrese en su tarea.

Amado lector, mucha gente vuelve a su antigua vida. Algunos lo hacen porque su afecto por el mundo es más grande que su amor por Dios, pero otros, lo hacen por causa de sus complejos e inseguridades de fe. Yo creo que ese no será su destino, no tiene por qué serlo.

Mire hacia adelante y conviértase en un socio espiritual de Jesús, pero recuerde que un verdadero socio es constante, es decidido.

Con amor, su servidor.