Fieles a Dios

Escrito el 14/11/2022
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno. Job 1:22


Job atravesó una difícil prueba. Perdió a sus hijos, tierras, animales e incluso, su salud. Nada podría salir peor para él. 

Si bien es cierto que la prueba de Job parece ser la más aterradora de toda la Biblia, resulta más aterrador, la calidad de su fidelidad.

Job no fue movido por las circunstancias. Aunque experimentó aflicción, su fe no sufrió avería alguna. 

Su historia no solo deja ver el perfil de un hombre justo e íntegro, resuelto a ser fiel a Dios, sino también, a un Dios que premia la fidelidad de los que soportan las pruebas. 

Usted recordará que la fidelidad de Job fue grandemente recompensada. La Biblia enseña que Dios “quitó la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job”. Job 42:10.

Resumiré este principio de la siguiente manera: si usted quiere ser salvo, debe creer en Jesucristo, si usted quiere ser bendecido, entonces sea fiel.

Su astucia no lo llevará tan lejos como si lo hará la fidelidad. Por favor, comprenda esto: usted siempre tendrá un postrer estado. La dicha de su postrer estado será el resultado de su resolución espiritual en su estado actual.

¿Cuál es su estado hoy? Cualquiera que sea, asegúrese de ser fiel, de esa manera su postrer estado será grandioso, Dios lo recompensará.

Sea fiel en su fe, ame a Cristo y sírvalo. Quizá, esa recompensa que tanto anhela no ha llegado aún, pero por la evidencia santa de las Escrituras, comprenda que tarde o temprano llegará. 

No huya o abandone los buenos hábitos que usted tiene como cristiano. Pese a las presiones de grupo o la crítica, manténgase fiel.

Piense en la recompensa que recibirá. Dios levanta al hombre fiel, Dios bendice con abundancia de bienes a los que son fieles.

Olvide la idea de caminar por una senda distinta, enfrente el desánimo y determine mantenerse alineado con las convicciones que el Espíritu Santo ha puesto en su corazón. 

Quizá usted esté escuchando voces en su interior que lo desafían a dudar de la bondad de Dios, pero sepa una cosa: la bondad de Dios es incuestionable, indiscutible e irrefutable, Él es absolutamente bueno.

Es probable que esté sintiendo que el horno de fuego en el que se encuentra cada vez se calienta más; mi consejo es que se mantenga fiel a Dios aun cuando las llamas pretendan cambiar su norte.

De la misma manera como le ocurrió a Jesús, usted podría estar siendo tentado. No pierda su bendición, no la despida, manténgase fiel a Dios y dele la espalda a las malas propuestas.

La fidelidad a Dios lo llevará a una mejor vida, no solo en la eternidad, sino también en esta tierra.

Para alcanzar un gran sueño en Dios, se hace necesario ser fiel. Sea fiel entonces.

¡Fuerte abrazo!