Un llamado al perdón

Escrito el 04/01/2023
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Mateo 18:21-22.


Perdonar es una decisión sabia. Los es porque cuando perdonamos, somos sanados y nos hacemos más semejantes a Jesús.

Estar dispuestos a perdonar, incluso cuando quien nos ofendió no es capaz de reconocer su falla, es una clara muestra de madurez espiritual.

Jesús nos dio una gran lección en la cruz. Él perdonó a la humanidad antes de morir, la perdonó mientras moría, y ahora, posterior a su Resurrección, continúa haciéndolo. ¿Acaso no es una clara muestra de amor?

Amado lector, su disciplina espiritual será sometida a prueba constantemente. Experimentará la ofensa y la ingratitud, y en cualquiera de esos casos, usted está llamado a hacer un correcto uso del don de perdonar.

Cuanto más rápido perdone, más feliz será. Perdonar le abre la puerta al gozo y al esquivo estado de la plenitud. 

Determínese a perdonar a las personas que lo ofendieron o que tuvieron en poco sus capacidades. Perdone a aquellas que abusaron de su gentileza, al punto de avergonzarlo y desfigurar su reputación.

Cuando usted perdona, no sólo le está dando una oportunidad a quien se equivocó, sobre todo, se está dando una oportunidad a usted mismo. Sí, me refiero a la oportunidad de ser restaurado, restituido y enaltecido por Dios.

Dese la oportunidad de recuperar verdaderos tesoros como lo son la paz que proviene de un corazón puro, y la libertad que proviene de un alma noble.

No alimente el odio con recuerdos y pensamientos egoístas. Viva la palabra y haga un verdadero esfuerzo por hacer de ella su manual de vida.

Amado lector, perdone rápido. No le dé vueltas innecesarias a un acto de obediencia que traerá mucha bendición a su vida.

Quien perdona, ha sido lleno del amor de Dios y ha entendido cabalmente la dinámica del Reino, en realidad conoce a Dios y conoce la naturaleza humana.

Yo tengo una teoría: en mi humilde opinión, el no perdonar, nos roba vida.

Vivimos menos, nos enfermamos más. Perdemos más y no ganamos nada. Perdonar es el camino. El perdón libera nuestra alma y nos prepara para recibir las más selectas bendiciones de Dios. 

Perdone. Con amor, su servidor.