Jesús, que sabía lo que estaban pensando, les dijo: «Un reino dividido acaba por destruirse. Una ciudad o una familia divididas no pueden durar. Mateo 12:25. NBV
Las familias son un objetivo de satanás. Su plan se hizo claro desde el principio de la Creación cuando sembró dudas en el corazón de Eva para que desobedeciera a Dios y junto al hombre, ambos terminaran comiendo del fruto prohibido.
Muchas son las estrategias que satanás suele usar para destruir la familia. Mencionaré algunas de ellas:
La discordia. Las armas del diablo son silenciosas. No suelen hacer mucho ruido pero, a la larga, son en extremo destructivas. La discordia es una de ellas. Normalmente aparece como un “simple" desacuerdo en torno a temas concernientes a la pareja, a las finanzas, los hijos o los parientes cercanos.
Así es como se abre una brecha que poco a poco se hace más amplia y profunda, al punto que, saltar de un lado al otro sin caer al precipicio, es muy difícil, y en muchos casos, resulta ser una acción fallida. Por eso es tan importante la unidad en el Espíritu Santo, ponerse de acuerdo y dialogar sobre cualquier tema, para así evitar darle lugar al diablo. El trato amoroso se hace indispensable para superar, por la vía correcta, las posibles diferencias.
La infidelidad. En la mayoría de casos se gesta cuando el desacuerdo ya ha logrado su cometido. En otras palabras, es una consecuencia de la división. Cuando una relación se debilita, queda expuesta a la tentación. ¿Se ha preguntado dónde estaba Adán mientras la serpiente hablaba con Eva? Digamos que su lejanía era tan solo física, pero ¿se puede imaginar el mismo cuadro cuando la lejanía es espiritual y/o emocional? En verdd es mucho peor.
Cuando usted abandona el corazón de su pareja, incluso viviendo con él o ella, lo que está haciendo es facilitándole el trabajo a satanás. Entonces aparecerá una tercera persona que, cegada por el diablo y presa de sus deseos, intentará destruir lo sagrado. La infidelidad es un acontecimiento físico, pero en la perspectiva bíblica, también es una intención pecaminosa, me explico: mientras una persona distinta a su cónyuge ocupe su atención y usted sienta deseo por ella, ya habrá pecado.
El “famoso desgaste”. Dios no conoce esa expresión. Él creó el matrimonio para qué durará hasta la muerte. Él no lo hizo a medias, Él lo hizo fuerte, resistente y combativo. Sin embargo, el Hombre ha hecho del matrimonio un pacto conveniente. Es decir, un acuerdo de permanecer juntos mientras las “mieles del amor” están presentes, y entonces, la fatiga hace su trabajo.
Un matrimonio es como el universo. En él hay millones de constelaciones y vías lácteas. infinidades de kilómetros por recorrer y mucho espacio para ocupar. En el matrimonio siempre habrá nuevos retos, nuevas formas de afrontar la vida juntos y de progresar en unidad, pero ciertamente, eso es posible cuando es Jesús quién tiene el control de la nave que los transporta. El famoso desgaste es una forma de rendirse. Es en realidad, falta de voluntad en el que debe cambiar, y falta de voluntad en el que espera el cambio.
Oremos hoy por la familia. Oremos por nuestro matrimonio o por el de otra persona que necesita nuestras oraciones. Oremos también por la salvación de aquellos familiares que aún no conocen a Jesús.
¡Bendecido día!