Derribados pero no destruidos

Escrito el 22/11/2023
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas !ay de aquel por quien vienen! Lucas 17:1.


Nadie está exento de errores. Con frecuencia erramos. Ahora bien, el verdadero desafío, una vez que usted se equivoca, radica en el hecho de continuar su carrera a pesar del dolor que esté experimentando.

Michael Jordan, uno de los mejores basquetbolistas de la historia, dijo esto acerca de su éxito:

“He fallado más de 9.000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 partidos. 26 veces han confiado en mí para tomar el tiro que ganaba el partido y lo he fallado. He fracasado una y otra vez en mi vida y es por eso que tengo éxito".
 
Fracasar puede causar dos efectos. El primero es suprimir su iniciativa. El segundo, es provocarlo a intentarlo de nuevo. Le diré algo. La Biblia fue escrita para ayudarle a ir en la dirección correcta, pero también, para hacerle saber que los grandes hombres y mujeres de Dios, también fallaron.
 
Lo apasionante de la Biblia es que no solo nos revela el camino al éxito, sino que también nos enseña qué hacer cuando nos equivocamos. La Biblia no solo revela victorias, sino que también revela fracasos.
 
Es probable que usted se sienta fracasado en algún aspecto de su vida profesional, espiritual, amoroso o familiar. Quizá esté luchando con la incómoda sensación que suele dejar un desacierto. Es probable que esté luchando con la tristeza y la decepción porque tomó una decisión equivocada, o porque a su edad, no es todo lo que quisiera ser. Pues bien, debo decirle algo: ¡cobre ánimo!
 
Levántese. De algo puede estar seguro, Dios usará esa esquiva lista de fracasos, para conducirlo al éxito. Por el momento, su apreciación matemática de los fracasos es que estos le “restan”, pero no es así, los fracasos vistos en la perspectiva correcta, “suman”.
 
Cambie su manera de ver las cosas. Los fracasos le ayudarán a afinar su visión de la vida. En medio de los fracasos, uno puede ver la gracia de Dios obrando, especialmente ayudándolo a entender que Su Creador lo sigue amando.
 
Cuando Elías estaba luchando con sentimientos de tristeza, soledad y depresión profunda al punto que deseó morirse, el ángel de Dios le habló y le dijo: “Levántate y come, porque largo camino te resta”. Dios hoy le dice: “prepárate, porque aún hay mucho por hacer”.
 
Amado lector, entienda esto: mientras usted está enfrascado, atormentado por su error, Dios lo sigue invitando a marchar. Yo lo entiendo, el fracaso golpea y debilita. Sin embargo, no somos de aquellos que retroceden. Me encanta la visión del apóstol Pablo frente a la persecución que tuvo que enfrentar. Él dijo: “derribados, pero no destruidos”.
 
Él reconoció que hay situaciones en la vida del cristiano en las que se sentiría derribado, sin fuerzas ni aliento. Pero hizo una diferencia que me parece asombrosa: una cosa es ser derribado y otra muy diferente es ser destruido.
 
Usted no puede evitar ser derribado por las circunstancias dolorosas de la vida, pero sí puede evitar ser destruido. No asuma que ya no hay nada que hacer, con Dios, todo es posible. Cobre ánimo e inténtelo de lo nuevo. No abandone la carrera, dé una milla extra, persevere, su iniciativa podría hacer la diferencia.
 
¡Bendecido día!