Ven conmigo, Señor

Escrito el 04/04/2025
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí. Éxodo 33:15


Moisés quería asegurarse de contar con todas las garantías, antes de emprender su viaje hacia la tierra prometida.

Incluso cuando estaba consciente de que lo que venía era parte del plan de Dios, su interés se enfocó en hacerle una petición al Señor: “si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí”. 

Para Moisés no fueron suficientes los recursos de los que disponía, tampoco el inventario de sus habilidades, pues sabía que su éxito no vendría como resultado de su eficacia, sino como consecuencia de la permanencia de la presencia de Dios con él durante su travesía. 

Amado lector, es preciso que comprenda un principio bíblico trascendental. Asegúrese de que la presencia de Dios vaya con usted y no se arriesgue a emprender un nuevo viaje sin contar con el favor del Espíritu Santo.

Con facilidad nos deslumbramos por las ofertas y oportunidades que encontramos a nuestro paso. Decidimos tan rápido como podemos y emprendemos nuevas aventuras que calzan a la perfección con nuestras expectativas; sin embargo, olvidamos que, sin importar cuánto brillen las puertas frente a nosotros, el punto es asegurarnos que es Dios quien las abre.

Este principio revela una verdad que configura la otra “cara de la moneda”. En ocasiones, las opciones y oportunidades llegarán de manera accidentada, y las garantías de tener éxito en ellas serán mínimas o ninguna; sin embargo, si la presencia de Dios está a su lado, la victoria será inminente.

Cualquiera que sea su circunstancia, le aconsejo primero comprobar que Dios no solo está en el asunto, sino que además lo va a acompañar durante su siguiente travesía. 

Tema menos, ore más. Hable con Dios sobre lo importante que es para usted contar con su respaldo. Y eso sí, para orar de esa manera, debe estar dispuesto a no hacer nada, es decir, a renunciar a la oportunidad que sea si no consigue contar con la presencia de Dios como su principal aliado. 

Eso fue lo que hizo Moisés, pues él prefería seguir viviendo en Egipto como un esclavo, antes que emprender un viaje hacia la libertad, pero sin el respaldo de Dios.

¡Feliz y bendecido día!