Paz divina

Escrito el 16/04/2025
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo JesúsFilipenses 4:7


La paz de Dios es mucho más que una pasajera sensación de tranquilidad. La paz que Dios le otorga a sus hijos reposa en la firme convicción espiritual de que Él tiene el control. 

Dios es nuestra fuente de paz porque Él mismo es la paz. Pese a lo crítico de las circunstancias, estamos seguros de que nada está por fuera de la soberanía del Señor.

La buena noticia en este día es que puede contar con esa paz. Los beneficios de esa paz son múltiples. Podrá pensar con claridad y decidir con la calma de un sabio. Sentirá que la tierra bajo sus pies se mueve; sin embargo, podrá mantenerse firme.

Amado lector, acérquese al Señor y sea lleno de la paz celestial. De esa manera podrá reposar y descansar tranquilo.

Su cuerpo se mantendrá sano, porque la paz de Dios gobernará el centro de control de su cuerpo: la mente.

Deténgase, haga un alto en su marcha. Será más efectivo si primero se dispone a abrazar la paz de Dios.

Quizá esté ansioso o preocupado por las noticias desalentadoras que ha recibido. Mi consejo es que, antes de actuar, se asegure de recibir la paz de Dios y luego emprenda su marcha.

Evite tomar acciones bajo el poder de la ansiedad. Un encuentro con Dios va a poner sus pensamientos en orden.

Hay quienes, motivados por el afán, “modifican” su ruta y entorpecen los tiempos de Dios. No se deje “seducir” por el afán. Descanse en el Señor y permita que Él envuelva su mente con la paz que sobrepasa todo entendimiento.

Amado lector, las aguas del Señor nunca se agitan; navegue en ellas. Los pastos del Señor nunca se secan; entonces repose en ellos (Salmo 23).

La paz de Dios tiene un precio: la oración. Ore y cuéntele a Dios lo que le preocupa.

El resultado está pronosticado. La paz vendrá. No intente sentirse mejor usando otra vía. La Biblia es lo suficientemente clara. Es orando cómo se obtiene esa grandiosa paz.

Usted puede ir de compras, jugar, cantar, pero al final del día, su corazón y su mente estarán cargados con el mismo estrés y las mismas preocupaciones.

Ore y le aseguro que verá los resultados. Dios espera por usted, y una reserva de paz tiene su nombre.

¡Bendiciones!