Ganar el premio

Escrito el 02/06/2025
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis1 Corintios 9:24


Con el fin de explicar algunos principios esenciales del cristianismo, el apóstol Pablo usó como ejemplo, las disciplinas deportivas de los atletas de la antigua Grecia.

Uno de esos principios consiste en establecer metas. Ciertamente, la vida sin metas es “un juego de azar”. El deseo de Dios es que usted se mueva por metas, así como Él se mueve por propósitos.

Nada de lo que Dios hace es casualidad, todo tiene un propósito; por lo tanto, usted debe emprender acciones con propósitos claros.

Las metas le ayudarán a mantenerse enfocado, dirigiendo e invirtiendo su esfuerzo hacia lo que en realidad vale la pena.

La gente que no tiene una meta es fácilmente influenciada y constantemente experimenta una sensación de pérdida de sentido. ¿Tiene usted metas claras por las cuales trabajar?

El apóstol Pablo tuvo como meta esencial imitar a Cristo. Eso hizo que mantuviera el enfoque hasta el último día de su vida.

Él dijo: “Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire”. 1 Corintios 9:26. En otras palabras, él estaba diciendo: lo que hago, lo hago con un fin; sé lo que estoy haciendo, sé a dónde voy.

Ahora bien, el éxito de un atleta es directamente proporcional a su determinación de alimentarse bien, descansar el tiempo suficiente, entrenarse, autoevaluarse y negarse a los placeres que dañan.

Pablo afirmó: “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.”. 1 Corintios 9:25

El desempeño en la pista de atletismo está íntimamente relacionado con el nivel de preparación del atleta, así como con el tiempo que dedica para ser mejor en su disciplina.

Muchos queremos el éxito, pero la verdad es que muy pocos estamos dispuestos a sacrificar algo. Me gustaría preguntarle: si es tan importante su meta, ¿qué está dispuesto a entregar con tal de alcanzarla?

Si recuperar a su familia es tan importante, entonces no escatime ningún esfuerzo. Si se propuso agradar a Dios, entonces evalúe si sus aciones guardan coherencia con sus metas, es decir, si aportan en la consecución de sus objetivos. 

Recuerde que en la vida podrá experimentar placeres santos; mi consejo es que no se niegue a ellos. Sin embargo, el enemigo usará los placeres pecaminosos para sacarlo de la competencia. Por lo tanto, elija siempre la integridad.

¡Feliz y bendecido día!