En el vientre de un gran pez

Escrito el 09/08/2025
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches. Jonás 1:17


Jonás nunca pensó que terminaría en el vientre de un gran pez, como tampoco imaginó llegar al destino que por todos los medios posibles intento esquivar. 

El profeta permaneció tres días y tres noches en el vientre de un gran pez. Se ha preguntado, ¿qué habría hecho usted durante ese tiempo si terminara en el vientre de un gran pez?

Probablemente intentaría sobrevivir. Aunque no creo, Dios cuidaba a Jonás y su vida estaba asegurada.

¿Quizá intentaría escapar? Parece lógico, pero no tiene sentido. Abandonar el vientre de un gran pez en mar abierto, no es una buena idea.

Lo que hizo Jonás estando en el vientre del pez, fue orar. Sí. Él oró conscientemente. Su oración no fue superficial o protocolaria; su oración fue genuina y transparente.

Tal vez, esos tres días y esas tres noches de Jonás, significaron un verdadero despertar espiritual o un genuino acercamiento al Señor. 

Amado lector, el vientre de ese pez es una clara representación de la situación que hoy envuelve, con intensa preocupación, su corazón. Es probable que se sienta encerrado, preso o frustrado porque no encuentra una salida a su dificultad. 

Permítame alentarlo. Esa situación indeseada que usted desprecia, terminará facilitándole la recuperación de su comunión espiritual. En lugar de destruirlo, lo hará reverdecer y lo ayudará a retornar al camino correcto.

Usted tendrá también sus “tres días y tres noches” que Dios esperará le resulten suficientes para hacerlo cambiar de opinión, hacerlo entrar en razón o afirmarlo en una decisión. 

Los tiempos de reflexión no siempre se logran en un cómodo sofá, o en un descanso frente a la ventana; tampoco en la silla de un parque; en ocasiones, los tiempos de reflexión resultan exitosos mientras permanecemos a tientas en medio de la oscuridad de un gran vientre que nos guarda de una dificultad mayor.

Yo creo que usted saldrá de la situación adversa que hoy atraviesa; pero mi esperanza está en que podrá retornar al camino y nunca más huirá de Dios.

Con amor, su servidor.