En Jehová he confiado; ¿Cómo decís a mi alma, que escape al monte cual ave? Salmos 11:1
En su interior se mantendrán con insistencia dos voces. La de la fe y la de la duda. Sentirá como una parte de su interior está determinada a confiar y otra, a hacerlo dudar.
Se debatirá entre mantenerse confiado y esperar, o sucumbirá ante el temor y buscará huir. Esta es una de las múltiples luchas que, como hijo de Dios, usted enfrentará.
Hoy, el Señor lo llama a confiar. Quizá usted querrá correr y esconderse, escapar deseando no ver jamás el cuadro que tanto lo entristece.
Amado lector, su confianza en Dios es su mayor defensa. El Señor es la fortaleza de su vida; no tema, Él lo ayudará.
Dios tiene planes de bendición para usted, su bondad no está en entredicho; Él es fiel y permanecerá a su lado.
David estaba preocupado a causa de los continuos ataques de sus enemigos. Se piensa que hombres cercanos habían conspirado contra él y por esa razón deseaba estar solo.
En todo caso, huir no era la solución. Por el contrario, enfrentar las complejidades que lo inquietaban le ayudó a descubrir cuán efectivo es confiar en el Señor.
Entienda esto: usted no debe hacer todo, usted debe confiar; el resto lo hará Dios. El desafío más grande que tiene no es encontrar una solución; su mayor y más importante desafío es creer en el grandioso poder de Dios.
No flaquee, siga confiando y espere la intervención divina. Su confianza en Dios lo mantendrá con vida. Espere en el Señor y usted verá de nuevo la gloria de Dios.
Puede que su alma se encuentre agitada; aun así, usted debe ir al lugar secreto y pedir al Señor en oración que afirme su fe. Que le ayude a creer.
Usted saldrá de esa situación que le atormenta, pero recuerde, su boleto de salida es su confianza en el Señor, no su determinación a evadir su realidad.
Amado lector, desarrolle una actitud de fe en todo lo que emprenda y usted verá cómo Dios lo guiará.
Bendecido día.