Amar tu ley

Escrito el 10/10/2020
Ps. Gustavo A. Muñoz L.


El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón. Salmo 40:8.


Hacer la voluntad de Dios siempre producirá placer, hacer la suya, quizá, traiga destrucción.

Desde los comienzos de la humanidad, el Hombre se desvió del perfecto plan de Dios haciendo un mal uso de su libertad para elegir.

Lo cierto es que dicha libertad, de la cual usted goza, puede producir satisfacción cuando se usa bien, o destrucción cuando se usa mal.

Dicho de otro modo, su elección y sus decisiones, bien pueden llevarlo por una carretera llana y pavimentada, o pueden llevarlo por un camino empedrado que le generará muchas aflicciones mientras transita por él.

El deseo de Dios es que usted “disfrute su viaje” y para eso, Él quiere mostrarle Su voluntad. Por muy buenos que sean sus planes, nunca hallará tanta satisfacción como cuando persigue y ejecuta los planes de Dios.

El salmista comprobó que hacer la voluntad del Señor genera placer, gozo y satisfacción.

Dios quiere llevarlo a un nuevo nivel en el que su mejor y más placentera experiencia sea hacer lo que en el corazón de Dios está dispuesto para su vida. 

Si usted está haciendo algo y aún no encuentra ese “placer” del cual habló el salmista, entonces piense en lo que en realidad está moviendo su corazón. Tal vez, su corazón no está alineado con la voluntad de Dios. En ese caso, usted está arriesgando demasiado.

Fíjese en algo. El salmista no dijo: conocer tu voluntad me ha agradado, él dijo, “hacer tu voluntad me ha agradado”. Existe una gran diferencia entre conocer y hacer la voluntad de Dios. 

No intente crear su propio castillo, viva en el que Dios ha construido para usted. Los planes que Dios tiene con su vida, “quizá”, no luzcan como espera, pero le aseguro algo, pruébelos, ejecútelos y le prometo que le gustarán.

No hay nada tan placentero como hacer la voluntad de Dios, pero para que eso ocurra, es necesario que en el centro de su corazón estén los mandamientos de Dios.

La palabra clave de este texto es: “medio”. El salmista no solo dijo: “tu ley está en mi corazón”, él dijo mucho más que eso, él afirmó: “tu ley está en medio (centro) de mi corazón”. En otras palabras dijo: tu ley gobierna y controla todo de mí.

Mientras no elija hacer de la voluntad de Dios y sus mandamientos “su centro”, no experimentará el placer absoluto de seguir los pasos de Jesús. Usted intentará hacerlo, pero no hallará placer.

Elija la voluntad de Dios, elija sus mandamientos y así experimentará el verdadero y más grande placer de todos.

¡Bendecido día!