Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. 1 Samuel 15:22
Dios se complace cuando usted obedece. Ninguna ofrenda, por invaluable que parezca, superará el incalculable valor de hacer lo que Dios le pida.
Por cierto, la obediencia es el camino que lo llevará a una vida de constante bendición. Es una llave espiritual que abre todas las puertas del Reino de Dios. Obedecer es difícil, sobre todo cuando usted quiere ir por el “camino fácil” y Dios le pide que vaya por el “más complejo”.
Saúl quiso cambiar las reglas olvidando que los principios y las demandas de Dios no son negociables. Tal parece que tenía una percepción a blanco y negro del carácter de Dios.
Dios demanda obediencia de usted. Irá a un nuevo nivel cuando entienda que lo que Dios le pide hacer o dejar de hacer, por ilógico que parezca, será para su beneficio. Hacer lo que Dios le pide hacer lo bendecirá a usted y a su familia.
Los que obedecen no cuestionan los mandamientos de Dios, simplemente los cumplen y se esfuerzan por ponerlos por obra.
El favor de Dios no se compra, pero sí se gana con la obediencia. El mejor ejemplo de obediencia es Jesús. La Biblia dice que se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Pudo evitar esa estación dolorosa de su vida clamando por Ángeles que lo defendieran; aun así, no lo hizo.
La obediencia siempre te pedirá entregar algo. A Jesús fue su vida; a Abraham fue su hijo; a Mateo fue su renuncia a un cargo público.
Obedecer conlleva una renuncia, ¿a qué te pide Dios renunciar hoy?