El peligro de la altivez

Escrito el 10/04/2024
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


Pero él dejó el consejo que los ancianos le habían dado, y pidió consejo de los jóvenes que se habían criado con él, y estaban delante de él. 1 Reyes 12:8


Roboam fue el rey que causó la separación de las 10 tribus de Israel. Fue a partir de su necia, altiva y tirana respuesta, que Israel se apartó de la casa de David y entonces el reino se dividió en dos (norte y sur).

Roboam tenía dos grupos de consejeros a los que acudió para obtener un consejo que le ayudara a responder sabiamente a una petición del pueblo. Uno de ellos era legítimo, el otro no. 

El primer grupo estaba conformado por los ancianos que aconsejaron exitosamente a su padre Salomón. Este fue el consejo de los ancianos: Y ellos le hablaron diciendo: Si tú fueres hoy siervo de este pueblo y lo sirvieres, y respondiéndoles buenas palabras les hablares, ellos te servirán para siempre (v. 12).

El segundo grupo, estaba conformado por los jóvenes que se habían criado con Roboam. Los jóvenes, llenos de orgullo y necedad, lo provocaron para que afloraran en él, ambiciones de poder y respuestas tiranas.

Así fue su consejo: Entonces los jóvenes que se habían criado con él le respondieron diciendo: Así hablarás a este pueblo que te ha dicho estas palabras: Tu padre agravó nuestro yugo, mas tú disminúyenos algo; así les hablarás: El menor dedo de los míos es más grueso que los lomos de mi padre (v. 12).

¿Puede notar la diferencia entre una mente madura y una inmadura? ¿Nota usted los efectos de la humildad y los de la altivez? ¿Nota los resultados de los aires de superioridad?

No querrá usted conducir su vida y tomar decisiones con un corazón arrogante o altivo. Tampoco querrá escuchar el consejo de los necios que quieren pasar por encima de los demás.

Usted necesita escuchar a los de corazón pacífico y no a los conflictivos. Antes de tomar una decisión, asegúrese de escuchar el consejo de la gente sabía que en verdad lo ama y no de aquellos que quieren gobernar a través de usted.

Hágase consciente de la influencia que ejercen sus amistades. Si usted anda con gente necia, usted se convertirá en un necio, pero si usted anda con gente sabía, usted se hará sabio.

Comprenda esto: las relaciones de autoridad son más importantes que sus vínculos de amistad. Sus relaciones de autoridad las establece Dios; las amistades, las elige usted. ¿Quién es más sabio? ¿Dios o usted?

Amado lector, usted necesita tener consejeros sabios. Quizá usted ame a Dios y quiera hacer lo correcto, pero está escuchando consejos nacidos de un corazón herido o altivo, pues bien, nada podrá salir bien mientras usted escuche esos consejos.

En cambio, si usted se rodea de personas que lo ayuden a pensar como pensó Jesús, le aseguro que usted tendrá éxito en la vida. Aléjese de esas personas de actitud altiva o arrogante, aléjese de aquellos que en vez de alimentar su dependencia a Dios, lo presionan para que usted se crea autosuficiente.

Recuerde esto: un mal consejo podrá dividir un país entero, un sabio consejo, podría mantenerlo unido. ¿Qué quiere usted?

¡Bendecido día!