El responsable no es Dios

Escrito el 20/04/2024
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendenciaDeuteronomio 30:19.


¿Tiene por costumbre buscar culpables? Este es un hábito común entre las personas. Resulta fácil señalar y hacer responsable a alguien, con tal de librarnos de nuestra responsabilidad.

Pues bien, Dios le ha dado la capacidad de decidir. Usted ha recibido un maravilloso privilegio junto a una gran responsabilidad: tomar decisiones.

Toda decisión que tome, por pequeña que parezca, tendrá un efecto. Ninguna de ellas carece de importancia ante Dios.

El asunto más complejo ocurre cuando las consecuencias de sus decisiones son negativas. Si usted decide y los efectos resultan ser muy buenos, entonces alabará a Dios y gozará de gran ánimo.

En contraste, cuando sus decisiones producen efectos negativos, su espíritu termina contrariado y entonces, usted podría decepcionarse de Dios y caer en el engañoso “juego” de culparlo por lo que le está pasando.

Es vital que usted entienda y se convenza de una cosa: Dios no es culpable. Usted debe desarrollar una mayor madurez espiritual que le ayude a entender que debe hacerse responsable de sus propias decisiones.

Si usted está buscando tener una nutrida relación con Dios, se hace urgente que resuelva su lucha interior.

No culpe a Dios por aquello que le ocurrió, por el dinero que perdió o por ese familiar que murió.  

Reconozca que en todos los casos que usted lamenta, hubo serias decisiones en juego.

Un cristiano maduro, siempre se hará responsable de los efectos de sus decisiones asumiendo las consecuencias de sus actos.

Si usted se endeuda más de lo que debería, ¿es Dios el culpable de su estrés? Claro que no. Entonces encárguese de hacer lo propio.

Satanás querrá generar una enemistad con Dios, buscará la manera de hacerle creer que su vida espiritual y su obediencia, en realidad, no valen la pena.

No permita que eso pase. La Biblia, de tapa a tapa, afirma que Dios es bueno. Esa afirmación configura una verdad inquebrantable; por lo tanto, no debe dudar de ella.

Dios es tan bueno, que aun cuando usted toma malas decisiones, Él se encarga de ayudarlo a enfrentar los resultados.

No permita que un corto tramo de dolor, escasez o incertidumbre en el largo camino de la fe, debiliten o destruyan su vínculo de amor con Dios.

¡Bendecido día!