Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó: — ¡Sálvame, Señor! Mateo 14:30
En ocasiones, ignorar será lo más inteligente que usted podrá hacer.
Note que, Pedro tuvo la fe para caminar sobre el agua, pero no tuvo la inteligencia para ignorar la fuerza del viento. Eso hizo que Jesús lo llamara “hombre de poca fe”.
Usted debe aprender a ignorar las señales negativas que pudieran debilitar su fe.
Esfuércese por mantener su mirada en lo que realmente importa. Si tiene a Jesús frente a sus ojos, ¿qué ganará mirando hacia otro lado?
La Biblia nos exhorta a poner nuestra mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe.
Esto significa que Él es el modelo a seguir en todo. Pero también, que Él es el dueño de nuestra atención.
¿Hacia dónde está mirando? Puede que sus circunstancias sean desalentadoras, pero no le dé tanta importancia a lo que no lo merece.
Habrá circunstancias que le moverán “el suelo espiritual” o lo pondrán en un camino demasiado estrecho, sin embargo, no tema, sea fuerte, Dios no permitirá que usted se hunda.
Debo decirle algo: los ataques y las noticias negativas normalmente llegan juntas. Pero no se afane, confíe.
No se deje llevar por los violentos movimientos de las aguas, dedíquese a mirar a su Maestro y confíe en el llamado que le ha hecho.
Todo depende de lo que usted mire. Si usted mira las circunstancias en su contra, tarde o temprano le dará vida a un enemigo paralizante: el miedo.
Si en medio del fuerte ruido usted dedica su atención para contemplar a Jesús y escuchar su voz, le aseguro que podrá dar pasos firmes y seguros, usted no caerá.
Asegúrese de mirar al Señor. Al hacerlo, las circunstancias que intentan detenerlo no podrán detener su marcha hacia su bendición.
No se detenga, continúe dando pasos en fe; si Dios lo llamó, entonces Él cuidará y preservará su vida.