Determinación

Escrito el 26/04/2024
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra. 1 Reyes 18:21.


"Ser o no ser..." es la primera línea de un soliloquio de la obra de William Shakespeare Hamlet (escrita alrededor de 1600) en el acto tercero, escena primera.

Esta famosa frase es considerada y usada como síntesis de los procesos mentales de indecisión y duda. Es una de las citas más famosas de la literatura universal y la más conocida de esta obra en particular. 

Pero fíjese, el profeta Elías se anticipó, por siglos, a esta famosa frase. La humanidad, por cierto, desde el comienzo de la creación se ha debatido en torno a dos ideas: el bien o el mal; la luz o las tinieblas.

No es casualidad que nos valgamos de otras expresiones como: El comienzo o el final. Frío o caliente. Arriba o abajo. Estas son, por cierto, algunas de las múltiples formas para referirnos a los extremos en los que normalmente nos encontramos. 

Los tramos de duda son naturales. Siempre hay tiempo para preguntarnos si hacer tal cosa o no. Pero lo cierto es que, esta tendencia aplicada a la fe, puede resultar muy perjudicial. 

Fíjense en algo: al parecer, para el profeta Elías, el problema no era elegir bien o mal, el problema era no determinarse. Esa falta de decisión le produce náuseas al Señor. Sí, la misma sensación que a usted le produce beber agua tibia.

Amado lector, grande mal le hace estar aquí y allá. No juegue con su destino, no ponga en riesgo su bienestar y el de su familia, el pago del pecado es la muerte, mientras que la retribución del Señor para el justo es larga vida.

Defina, concrete, determínese. Por mucho que se esfuerce, no podrá agradar a dos señores, no podrá vivir en dos ambientes. En sus decisiones está su destino, entonces defina su ruta y no cambie de planes. Usted decide, entonces Dios obra, usted elige, entonces Dios mueve su mano. 

Permítame darle un consejo final: el consejo de la multitud no siempre es el correcto. Los profetas de Baal superaban en número a los profetas de Dios, sin embargo, terminaron degollados.

“Ser o no ser, esa la cuestión”. 

Con amor, su servidor. 

¡Gran abrazo!