Las tormentas de la vida

Escrito el 27/04/2024
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


Cuando lleguen las tormentas de la vida, arrasarán con los perversos; pero los justos tienen un cimiento eterno. Proverbios 10:25


Las tormentas de la vida no eximen a los justos, tampoco a los perversos. Ninguno de nosotros podemos escapar de la agitación momentánea y a veces intempestiva de una intensa tormenta.

Una de las preguntas clásicas que brota de corazones honestos, es: ¿Por qué a la gente buena le pasan cosas malas? Esta pregunta permanecerá en la tierra acompañando nuestras reflexiones hasta que Cristo regrese por su iglesia. 

Pero me he propuesto en este día, ayudarle a comprender que las tormentas, aunque causan agitación, dolor, angustia y mucha preocupación, nunca podrán destruir a los justos. 

No tengo el poder para saber qué tipo de tormenta está atravesando, pero cualquiera que sea, sepa que las tormentas no destruyen a los justos, un cimiento eterno los mantiene a salvo, un cimiento incorruptible impide que sean arrastrados, ese cimiento es Jesús, su salvador.

Dios no prometió que le evitaría tormentas, pero sí prometió poner bajo sus pies una fortaleza inamovible e indestructible. Él no nos ha prometido una vida sin dolor o sufrimiento, pero sí prometió llevarnos con su diestra cuando vemos que todo a nuestro alrededor colapsa.

Amado lector, por difíciles que sean los tiempos, el Señor nunca lo dejará, tenga la seguridad de que no lo abandonará. Él lo cuidará y lo sustentará. Tenga la certeza de que su cuidado no se apartará. Cristo enjugará sus lágrimas y se encargará de honrar su fe. 

Créale a Dios. El mal tiempo puede cambiar más pronto de lo que cree. Así como la lluvia se detiene y el sol brilla en todo su esplendor, de la misma manera mudan las circunstancias. 

Ocúpese de perseverar por una vida justa, el resto, confíeselo al Señor, Él tiene cuidado de los suyos. 

Fuerte abrazo.