Sin juramentos

Escrito el 06/04/2025
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede. Mateo 5:37


Un cristiano verdadero no debe recurrir al uso de juramentos. En el sermón del monte, Jesús le enseñó a sus oyentes a no jurar en ninguna manera. Tal parece que en los tiempos de Jesús, la palabra de los hombres ya había perdido valor, por lo cual, con frecuencia recurrían a los juramentos con el fin de certificar una opinión o de validar una promesa.

El consejo de Jesús fue que erradicaran de su lenguaje los juramentos. Si usted lo piensa bien, concluirá que los juramentos no son necesarios cuando usted goza de un buen carácter. Y no lo son porque es suficiente el uso de dos palabras supremamente importantes: si, y no.

Usted notará que la gente que mucho habla, al final de la jornada termina dañándose a sí misma perdiendo credibilidad ante los demás. En cambio, la gente que habla poco, suele tener en alta estima su palabra y la cumple incluso cuando hacerlo implique perder algo. 

En este nuevo año, usted debe asegurarse de cuidar más sus palabras, y sobre todo, de darle valor a lo que dice. Si usted ha hecho una promesa, entonces esfuércese en cumplirla. ¿Acaso usted no ha recibido testimonio de Dios? ¿Acaso Dios ha prometido algo que no ha cumplido? 

Si usted quiere ser constante, entonces ocúpese de hablar lo necesario y de cumplir lo que ha prometido aunque eso implique asumir un costo que usted en principio no consideró. 

Es lamentable que las personas no confíen en la palabra de los cristianos. Yo he escuchado la queja de muchos afectados que dicen: “esa persona que dice ser cristiana no cumple, siempre involucra a Dios en sus asuntos y no se hace responsable de lo que le toca”. 

Amado lector, esa no debe ser su situación. Usted debe ser veraz, autentico y totalmente honesto. Su palabra tiene mucho valor, no la invalide. Evite las justificaciones, las excusas y los incumplimientos. Si usted dijo “si", entonces esfuércese por cumplir cabalmente con su responsabilidad. Si usted dijo “no”, entonces no se preocupe, decir “no” también es de sabios.   

Hágase totalmente responsable de lo que dice. Mejor aún, sea responsable al hablar. 

Bendecido día.