“Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.” Éxodo 4:10
Moisés fue honesto consigo mismo. Sabía muy bien que lidiaba con algunas limitaciones físicas que le impedían hacer la tarea efectivamente; sin embargo, Dios no lo descartó, y créame, tampoco lo descartará a usted.
Quizá padezca de inseguridad por causa de sus limitaciones o debilidades. Sin embargo, Dios no lo desechará por eso, pues la Biblia declara que “su poder se perfecciona en mi debilidad”.
Mientras usted está preocupado porque se siente incapaz, Dios está viendo una oportunidad para glorificarse en su vida y hacer visibles las virtudes de la fe.
Ahora bien, hay una brecha amplia y profunda entre reconocer sus debilidades y victimizarse. Dios lo ayudará si reconoce sus debilidades, pero no podrá hacer mucho mientras usted se considere a sí mismo una víctima.
Reconocer su debilidad es una muestra de humildad, pero victimizarse es una muestra de cobardía.
Amado lector, Dios lo ayudará. Quizá usted piense que, debido a ciertas limitaciones, no calificará para cumplir con los propósitos de Dios. Sin embargo, hoy lo exhorto a aceptar el llamado que Dios le está haciendo.
No viva de excusas. Solo los fracasados viven excusándose, y usted no es uno de ellos.
Es probable que se hayan burlado de usted durante sus primeros años de vida, pero es tiempo de cortar con esos recuerdos molestos y frustrantes. Perdone a quienes lo ofendieron, créale a Dios y enfrente sus complejos.
Usted es una nueva criatura en Cristo. Por tanto, entienda que cualquier debilidad que usted enfrente mientras cumple con el propósito de Dios fácilmente podrá ser reemplazada por una fortaleza a través de la acción del Espíritu Santo.
Amado creyente, no renuncie al llamado que Dios le está haciendo. Dios lo ayudará. Así como ayudó a Moisés durante su travesía por el desierto, así lo ayudará a usted.
Su debilidad o lo que usted considera una incapacidad será el depósito en el cual Dios pondrá su gracia y su poder. No se descalifique, Dios lo quiere usar.
Bendecido día.