Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? Mateo 7:11.
Si usted es padre o madre, entenderá muy bien el gran privilegio que representa oír la petición de un hijo en necesidad.
Claramente, una de las maneras en la que un padre se siente honrado, ocurre cuando su hijo le expresa la confianza que le tiene al confesarle una necesidad.
Lo mismo ocurre con Dios. Él es su padre y usted es su hijo. Eso significa, que Él recibe honra cuando usted le pide.
¿Cómo se sentiría usted, si su hijo lo ignora y le pide a un desconocido? Lo más probable es que se contriste y se sienta desplazado.
Amado lector, usted pude pedirle a Dios (su padre), con total y viva confianza sabiendo que Él no solo puede darle, sino que además, es honrado cuando sus hijos lo buscan.
Si usted es de aquellos que dice: ‘yo no le pido a Dios’, debo decirle que de esa postura ‘espiritual’ no debería sentirse orgulloso.
Pedir es una forma de honrar. Cuando pedimos al Señor, le estamos confiando nuestras necesidades y Él se deleita en la acción de suplirnos.
¿Recuerda la parábola del hijo pródigo? Bueno, recuerde que la historia menciona a dos hijos. Uno que pide y otro que no pide nada.
Me gustaría preguntarle entonces: ¿el hijo que no pidió fue mejor que su hermano quien su herencia? No. Ambos tenían el derecho de pedir. Ambos eran hijos de un hombre rico.
No somos mejores cuando no pedimos. Callar frente a Dios cuando tenemos una necesidad, no nos convierte en mejores cristianos.
El punto es, que pedir a Dios para cualquiera de nuestras necesidades, es en definitiva, una de las muchas maneras en que lo honramos y lo agradamos.
Tal vez usted tenga una necesidad hoy. Mi consejo es que antes de compartirla con alguien más, vaya a Dios, hónrelo, háblele sobre su necesidad y confíe plenamente en el poder de su gloria.
El sentir de paternidad en el corazón de Dios, es la suma del sentimiento de amor que albergan en el corazón, todos los padres de la tierra.
Entonces, no sienta que está importunando a Dios, corra a Él confiadamente. Usted es un hijo. Usted es un amado.
Bendecido día.