Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos de continuo, hasta el fin. Salmo 119:112.
¿Qué el corazón se inclina? Si, él tiene sus propios intereses. Uno puede saber cuando el corazón persiste en inclinarse hacia una u otra cosa.
En ocasiones, el corazón se inclina hacia las riquezas materiales, también puede hacerlo hacia afectos peligrosos y dañinos por otras personas. Usted entiende a qué me refiero.
Percátese de que su corazón esté inclinado hacia el norte correcto. Alguien podrá decir: mi corazón está quieto, pasivo. Yo le responderé: eso no es posible. El corazón, por naturaleza, siempre estará inclinado.
El asunto no es si se inclina o no, el asunto es hacia dónde se inclina. Jesús dijo: “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”. Mateo 6:24.
El corazón con inclinaciones diversas, terminará apartado de Dios. Amado lector, respóndame honestamente, ¿hacia quién o hacia qué está inclinado su corazón? ¿Hacia un hábito que le cuesta cambiar? ¿Hacia una persona que a la larga podría traerle problemas?
Su corazón debe estar inclinado hacia la ley de Dios. Ese debe ser su norte. Esa debe ser su meta. No le ponga freno a su corazón cuando se trate de cumplir los estatutos de Dios. Más bien, dele la libertad que requiere para ceñirse a la voluntad de su Señor.
Sepa que toda inclinación del corazón puede ser poderosamente peligrosa, solo una es benévola: cumplir los mandamientos de Dios hasta el fin.
Una de mis peticiones a Dios, es que nunca sea yo confundido por una sombra o densa neblina que deba atravesar en éste exigente camino, sino más bien, que la brújula de mi vida que es mi corazón, siempre encuentre su norte que es la ley de Dios.
En este día, considere sus inclinaciones y permita que el curso normal de su amor por Dios, dirija el todo su vida.

