¿Rehusar?

Escrito el 01/11/2019
Ps. Gustavo Muñoz


 

y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. Génesis 22:16-18


Abraham no le rehusó nada al Señor. Lo que Dios le pidió hacer, lo hizo. Lo que Dios le pidió entregar, entregó. 

La experiencia de Abraham una vez afirma la idea bíblica de que Dios siempre busca ocupar el primer lugar en nuestros corazones. Él no comparte su gloria con nadie y tampoco se complace en recibir las sobras que acostumbramos dar. 

El cumplimiento de la promesa que Dios le había hecho a Abraham, tuvo como punto de partida el desprendimiento y consecuente actitud sacrificial que demostró. 

Antes de que Dios le concediera éxito a Abraham, trabajó pulso a pulso en su corazón para asegurarse de que la prioridad de su vida era obedecerlo, incluso, por encima de sus más entrañables afectos.

Abraham superó la prueba y demostró carácter a la hora de obedecer. El capítulo 21 de Génesis dice que Abraham se despidió de Agar y de su hijo Ismael, porque así Dios se lo había pedido. 

El capítulo 22 del mismo libro, detalla el momento en el que Abraham estuvo dispuesto a sacrificar a Isaac, el hijo de la promesa. Ninguna de estas pruebas resultó fácil, pero en verdad que, en nuestro seguimiento de Jesús, no cuenta lo fácil o lo difícil, cuenta lo necesario, cuenta obedecer a Dios. 

Era necesario que Abraham pasara por estas dos importantes pruebas y así se demostrara, a sí mismo, de qué estaba hecho. 

Abraham no cuestionó, tampoco negoció. En realidad hizo lo que Dios le pidió. Su nombre, hoy, aparece escrito con letras de oro en el salón de los grandes de la fe (Hebreos 11:17-19). 

Amado lector, quizá hoy usted se haga consciente de que Dios lo está probando. La prueba es una muestra más de que Dios ha planeado para usted un gran futuro. Normalmente, la prueba aflige, pero usted que conoce los resultados de la prueba, procure gozarse y estar a la altura, porque, ciertamente, Dios lo bendecirá. 

El primer lugar de su corazón está escriturado. No intente establecer un traspaso o cederlo a alguien o algo, Dios es celoso y ostenta siempre el más importante lugar en su vida. 

Mire el objetivo y no permita que la prueba lo saque del camino correcto. Créale a Dios, Él sabe lo que hace. Confíe en Dios, Él nunca se equivoca. Y usted, ¿le rehúsa algo al Señor?

Con amor, 

Su servidor.