Una muerte, un regalo.

Escrito el 02/04/2021
Ps. Gustavo A. Muñoz L.


 

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por míGálatas 2:20.


La muerte de Jesús debería inspirarlo a morir. Sí, a morir, a una vida espiritual a medias, a los hábitos destructivos y a las imperfecciones del carácter. 

Parece increíble, pero cada acción de Jesús, resulta poderosamente inspiradora, incluso, la entrega voluntaria de su vida. ¿Puede identificarse con la muerte de Jesús? 

Aquella muerte nos enseña que Jesús renunció a su voluntad para obedecer al Padre, y siendo Él el unigénito y primogénito, usted debe seguir su ejemplo. 

¿Puede renunciar a su voluntad, para hacer la voluntad de Dios? Morir lentamente es una de las experiencias más dolorosas, pero es justo ese el proceso que nos permite menguar para que Jesús crezca. 

Si Jesús experimentó el dolor por quienes realmente éramos culpables, ¿podría usted padecer un poco de dolor por alguien más? Somos llamados a padecer por amor a otros. El amor verdadero es el amor sacrificial. 

Jesús murió en silencio. ¿Qué le parece si determina hablar menos? No pierda el control cuando cosas injustas le acontezcan. Muera al mal carácter; reaccione con sabiduría y muestre inteligencia. 

La muerte tiene una connotación negativa, sin embargo, en el reino de Dios, la muerte es la ruta que nos conduce a una vida nueva. 

¿Qué hará hoy? Mi consejo es que no se aflija ante la verdad histórica de la muerte de Jesús; más bien, aprenda de ella y pídale al Señor que le permita cargar su propia cruz. 

Créame, si usted carga su propia cruz, usted será recompensado. Solo tres días separan una tumba del trono de Dios, la muerte de la resurrección y el dolor de la alegría. 

Imite a Jesús en su muerte. Pregúntese: ¿a qué debo morir? Este es el tiempo de enterrar su voluntad para que la perfecta voluntad de Dios se haga en su vida. 

Muera a esos ataques desenfrenados de ira y de enojo. Muera a todo aquello que le está robando su comunión con Dios. Muera a la rebeldía, a la altivez y a la desobediencia.

Pida al Señor una muerte guiada. Le aseguro que nunca estará más vivo como cuando muere. 

Pronto, saldría Jesús de la tumba.