“El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.” Santiago 1:8.
El doble ánimo es un mal síntoma que revela el deteriorado estado de su fe. Santiago, asocia el doble ánimo del creyente con una deformación en su fe.
Dios quiere que usted sea constante en todo, primordialmente en su fe. De lo contrario, su vida transcurrirá como el viaje de una barca sin tripulante, a la deriva en un mar abierto y con pocas probabilidades de llegar a la costa.
Usted debe entender que su fe en Dios debe controlar su ánimo. Los cambios repentinos de ánimo le pueden generar serios problemas personales y familiares.
Las personas de doble ánimo cambian instantáneamente. Por un momento están felices, pero luego, están enfadadas o incluso deprimidas. Con frecuencia suelen sentirse así.
Usted será una persona confiable cuando su ánimo revele constancia, incluso, en medio de la adversidad. En parte, la vida espiritual consiste básicamente en esto: ser los mismos sin importar dónde y en qué circunstancias nos encontremos.
La madurez espiritual no sólo consiste en conocer a Dios, sino también, en dominar nuestras emociones de tal manera que estas no nos destruyan y tampoco nos lleven a destruir a otros.
El doble ánimo generará inseguridad. Sí, lo hará lucir como una persona insegura y las personas que lo rodean se contagiarán de su insguiridad. Mi consejo para usted es que, con la ayuda del Espíritu Santo, establezca una ruta y se determine mantenerse en ella.
En la medida que pase tiempo con Dios, comprobará que ejercer dominio sobre sus emociones es totalmente posible. Sus estándares actitudinales se elevarán.
Las emociones no son malas, todo lo contrario, son muy buenas. Ellas inciden positivamente en nuestra relación con Dios y con los demás, sin embargo, cuando ellas dominan su conducta, le declararán la guerra a sus convicciones y entonces, su fe sufrirá.
Usted es dueño de sus emociones, no un esclavo de ellas. La gente constante ejerce dominio sobre ellas, haga usted lo mismo.
Si usted tomó una decisión de acuerdo a lo que la Biblia enseña y guiado por Dios, entonces permanezca en ella. En caso contrario, podría perder una gran bendición.
Cuídese del doble ánimo o éste lo destruirá. Aprenda de Jesús, quien a pesar de experimentar grandes presiones emocionales, fue constante y logró su objetivo: la cruz.
No cambie su norte, las circunstancias no deben guiar su vida, quien lo hace es Dios. Recuerde: su fe es su brújula.
¡Fuerte abrazo!