Por lo cual nos gozamos de que seamos nosotros débiles, y que vosotros estéis fuertes; y aun oramos por vuestra perfección. 2 Corintios 13:9.
Usted puede ser mejor. Si usted tiene al Espíritu Santo, le aseguro entonces, que siempre contará con un entrenador (coach) que lo guiará para que usted esté completo.
La palabra ‘perfección’, fue usada por Jesús cuando dijo: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto".
Su intención básicamente fue, inspirarnos para que nuestra mirada se posara en nuestro Padre celestial y lo imitáramos en todo, especialmente en su virtud de ser completamente santo. Pero también, en su forma de amar y perdonar.
Eso significa que, la perfección en su vida como hijo de Dios, es una meta digna que debe perseguir.
Quizá usted sea de los que se resignó a ser igual por el resto de su vida, argumentando lo que muchos creen: “loro viejo, no aprende a hablar”.
Permítame manifestarle dos opiniones: la primera, es que usted no es un animal. Esto significa que tiene todas las capacidades para aprender y mejorar su carácter.
La segunda, es que usted fue creado a imagen y semejanza de un Ser (Dios) inteligente, creativo, habilidoso e incluso, perfecto. ¿Ahora es más claro?
Sea mejor. Su modelo es Jesús, no aquel personaje público que tanto admira. Usted debe imitar el carácter de Cristo, sea como Él, esa debe ser su meta.
Mientras usted se compare con el resto de las personas, vivirá engañado pensando que definitivamente usted es superior, cuando la verdad es que debe trabajar en el Señor para alcanzar una mejor versión de usted mismo.
Evalúese de acuerdo a la conducta y valores espirituales de Jesús, y no de acuerdo al común denominador de las personas.
Piense en la integridad de Jesús y esfuércese por imitarlo.