El valor de la gracia

Escrito el 01/03/2022
Ps. Gustavo A. Muñoz L.


E hicieron los hijos de Israel conforme al mandamiento de Moisés, pidiendo de los egipcios alhajas de plata, y de oro, y vestidos. Y Jehová dio gracia al pueblo delante de los egipcios, y les dieron cuanto pedían; así despojaron a los egipcios. Éxodo 12:35-36


Mucho podría comentar sobre este texto, sin embargo, me concentraré en lo que realmente considero importante de esta sencilla disertación. Me gustaría dirigir su atención a la siguiente frase: “Y Jehová dio gracia al pueblo delante de los egipcios”.

Oh, maravillosa gracia. Esta es la gracia que lo cambia todo. Es la llave que abre las puertas más difíciles. Es la potencia de la gloria de Dios, manifestada en dosis de bondad a favor de los hombres. Es un imán imperceptible que atrae excelsas bendiciones.

Bien le haría pedir al Señor esta gracia gloriosa que lo faculta para las más selectas bendiciones. Esa gracia lo convertirá en una persona confiable y agradable. No tendrá que hacer mucho esfuerzo para que la gente se convenza de que con usted viaja un proyecto de origen divino. 

Los israelitas le pidieron a sus enemigos que les entregarán muchos de sus tesoros y ellos no se negaron. La diferencia no la hizo la forma en que reclamaron las riquezas, sino la gracia de la cual habían sido revestidos. 

Una cuota de gracia le vendrá bien a su matrimonio o a su relación con sus compañeros de trabajo. Una cuota de esa misma gracia le vendrá bien a sus labores o a su relación con sus hijos. 

Amado lector, esa gracia sigue activa y Dios quiere dársela. Mi único consejo es valórela, considérela importante y cuídela.

Habrán puertas que la perseverancia no abrirá. Otras que sus capacidades tampoco moverán. Las que permanezcan cerradas, seguro las abrirá la gracia de Dios. 

Hoy quiero retarlo a que busque al Dios de esa maravillosa gracia. Pídale que cambie sus vestiduras y ponga sobre usted un nuevo ropaje, el de la gracia. No tema en acudir a Dios para que le conceda esa extraordinaria bendición.

Estoy seguro que en su casa lo verán con otros ojos, y así ocurrirá incluso en lugares donde usted no es bienvenido. Créalo. 

Fuertísimo abrazo.