La Biblia

Escrito el 13/10/2022
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hebreos‬ ‭4:12‬


No hace falta que le pregunte esto, sin embargo lo haré: ¿dónde está su Biblia? ¿Cuándo fue la última vez que al abrirla, su espíritu deseó rendirse ante Dios. 

Esto fue lo que Charles Spurgeon, uno de los más grandes predicadores de la historia dijo acerca de la Biblia: 

“Muchos libros de mi biblioteca están ahora detrás de mí y por debajo de mí; los leí hace años con considerable placer; los he releído después de algún tiempo con desilusión. No volveré a leerlos nunca pues no me sirven de nada. Fueron buenos alguna vez, como también lo fueron los vestidos que usé cuando tenía diez años; pero ya no me sirven, y sé más de lo que estos libros enseñan, también sé dónde están sus fallas. Pero nadie supera a la Escritura, el libro que se ensancha y se profundiza con los años. Es cierto que realmente no puede crecer, pues es perfecto; pero lo hace en cuanto a nuestro entendimiento. Entre más profundo caven en la Escritura, más descubrirán que es un gran abismo de verdad”.

Amado lector, las personas son conscientes de que necesitan sabiduría, pero no están dispuestas a pagar un precio por ella. El precio es escudriñarla. 

En la época en que vivimos, los procesos cada día se hacen más cortos y fáciles, lo que resta interés al trabajo arduo y a la dedicación para escudriñar las Escrituras.

Lo cierto es que la sabiduría se “posa” en el corazón de una persona, cuando esta escucha atentamente la exposición de la Palabra de Dios y se somete a ella. 

La sabiduría no viene “por arte de magia”, primero debe haber contacto con la Sagrada Palabra. 

Ciertamente, la Palabra de Dios tiene el poder para transformar a la persona más sencilla y menos entendida, en la más sabia y auténtica.

A través de la Palabra de Dios comprendemos las transacciones de la vida y discernimos los movimientos que Dios provoca para nuestro bien. 

Cuando nos cuesta entender las situaciones por las que atravesamos, es cuando necesitamos con urgencia ir al encuentro de la Palabra de Dios, ella nos sabrá guiar.

Cuando atravesamos el valle de la indecisión o la duda, debemos abrir con humildad sus páginas para hallar ellas las coordenadas de nuestro futuro.

Las Escrituras cambiarán su corazón, luego, le facilitarán la vida.