Unidad espiritual

Escrito el 15/11/2022
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Hechos 2:1


Desde que somos concebidos, estamos destinados a compartir. Si no, piense en la manera en como el bebé se alimenta en el vientre de su madre.

Considere que venimos a este mundo, adheridos a alguien más. Nuestra casa es una persona y nuestro alimento es el mismo que el anfitrión elige comer. 

Esto corrobora que para vivir sanamente, siempre necesitaremos de alguien más. Ahora bien, el desafío más grande que se interpone entre nuestra naturaleza y la grandiosa idea del Señor, es el destructivo hábito del egoísmo.

Somos egoístas. Nos cuesta compartir, nos cuesta reconocer que alguien tiene una mejor idea que nosotros y, a veces, somos tentados a creer que, solos, podemos hacer grandes cosas. 

La Biblia nos exhorta a vivir en unidad y a sobrepasar las barreras de las diferencias.

Usted tiene un reto de parte de Dios: vivir en unidad. Note que el texto citado parece redundante.

Si yo hubiese sido Lucas, no me hubiera arriesgado a usar dos adjetivos en una frase tan corta: "unánimes juntos". Ambos parecen decir lo mismo; sin embargo, no es así.

Estar juntos no significa tener una misma visión, como tampoco significa anhelar lo mismo.

El reto de la unidad no es acostumbrarse a ocupar un lugar con alguien más, sino a compartir una misma visión y una misma meta con los demás.

La iglesia se caracteriza por ser una comunidad espiritual. De la misma manera en que lo deben ser las familias.

Jesús dijo: “toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá”. Una de las consecuencias de la división es el estancamiento y, luego, la destrucción.

Sea sensible al sentir de Dios. Contemple al Señor y reflexione sobre las intenciones de su corazón.

Busque la unidad en su casa. Búsquela también en su relación de pareja y esfuércese por vivir en unidad.

La unción y el poder de Dios actúan en quienes gozan de un carácter maduro que aprecia el valor del trabajo en equipo.

Estoy seguro de que usted es parte de un equipo. Mi pregunta para usted es: ¿juega para el equipo o juega para usted?

Si hace parte de un equipo, considere muy bien la visión de ese equipo y luche para que se materialice. Dios no bendice gente egoísta, Él bendice a aquellos que aprenden a vivir en unidad. 

Paz y bien.