Rectitud de corazón

Escrito el 22/08/2023
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


E hizo Asa lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová su Dios. 2 Crónicas 14:2


La llegada al trono de este importante rey, estuvo llena de resoluciones trascendentales. Su estilo de gobierno se basó, fundamentalmente, en la recuperación de la identidad espiritual que Judá había perdido.

Se cuenta que para la hora de su gobierno, Judá estaba plagado de lugares altos y santuarios paganos.

Pues bien, el rey Asa, ordenó quitar dichos lugares, así como también ordenó la destrucción de las imágenes de la diosa Asera.

Ordenó que buscaran a Dios y obedecieran sus mandamientos.

Si pensáramos en la más alta prioridad de este rey, tendríamos que concluir que su mayor deseo, durante su gobierno, fue agradar a Dios y obrar con rectitud.

El resultado de esa admirable resolución, fue la paz. El cronista afirmó que no hubo guerras, pues Dios evitó que se levantaran enemigos contra ellos.

De otro lado, también afirmó que el pueblo prosperó, pues edificaron grandes y admirables construcciones.

Amado lector, ¿Cuál es su prioridad? ¿Qué es lo que mueve su corazón? En el corazón del rey Asa, había un fuerte deseo de agradar a Dios y de hacer lo recto ante sus ojos.

¿Qué hay en su corazón hoy? Dios anhela que, por encima de sus más nobles deseos, siempre impere su amor por Él y su deseo de agradarlo en todo.

El resultado de pensar así será la llegada de tiempos de paz en su interior y además, la prosperidad integral de su casa.

El rey destruyó todo indicio de idolatría. Usted debe hacer lo mismo en su vida. La idolatría aparece cuando hay algo o alguien que ponemos por encima de Dios. A veces, un afecto que parece bueno, pero que al final del día, desplaza a Dios.

Así mismo, el rey ordenó que el pueblo buscara a Dios. Sus afanes o sus sueños, suelen ser los responsables de su poco interés de buscar a Dios, porque quizá usted piensa que obrar es más efectivo que rendirse al Señor. Replantee su percepción y le aseguro que le irá mejor.

Finalmente, considere la última orden del rey: obedecer. Sea obediente. Ame los mandamientos del Señor y póngalos por obra.

La clave de la paz y la prosperidad está en obedecer los mandamientos de Dios.

Bendecido y próspero día.