Pues Jehová no desamparará a su pueblo, por su grande nombre; porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo. 1 Samuel 12:22
Esta es una promesa de protección, cuidado y amparo. Es una muestra del amor que Dios tiene por usted.
Sin importar la condición en la que nos encontrábamos, el amor de Dios nos alcanzó para convertirnos en ciudadanos de su reino.
¿Es consciente de ese privilegio? ¿Es consciente del perfecto cuidado que el Señor tiene de usted?
Debo decirle que en verdad Dios lo ama. Recuerde que Dios le hizo el llamado a la salvación, pero también le otorgó un enorme privilegio: ser parte de una maravillosa familia.
Fue Dios quien lo llamó, su nombre estuvo desde siempre en su corazón y por eso lo sacó del lugar oscuro en el que se encontraba.
Amado lector, ¿podría recordar hoy de dónde lo sacó el Señor? ¿Podría hacer memoria del estilo de vida que tenía antes de que la luz de Jesús brillara ante sus ojos?
Entiéndame, con mis preguntas no intento generarle tristeza o melancolía, solo intento ayudarle a tomar conciencia de lo privilegiado que fue al recibir el llamado de Dios.
Lo mejor de todo, es que ese llamado viene acompañado de la promesa de vivir bajo su constante amparo.
Entienda esto: Dios cuida lo que le pertenece. Es celoso con lo que ama, y créame, Él lo ama sobremanera.
Amado lector, Dios no lo desamparará. La respuesta que usted está esperando vendrá a refrescar su intenso verano.
Quizá usted esté esperando por un milagro de provisión, en ese caso debe confiar en esta promesa: Dios no lo desamparará; Él lo cuidará.
En este día, determine vivir consciente, seguro y confiado en que Dios no lo desamparará.
Rinda su corazón el Señor y reconozca que usted conoció la salvación, porque Dios así lo quiso, Él lo llamó, Él lo eligió.
Usted goza de maravillosos privilegios; entonces, disfrútelos.
¡Bendecido día!