Un profeta "incómodo".

Escrito el 01/10/2023
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


Presionada por su madre, la joven dijo: «Quiero en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista». Mateo 14:8


Herodías (la madre de la joven), se había convertido en mujer de Herodes, antes cuñada. Juan el Bautista, se opuso a dicha relación porque iba contra la ley.

La Biblia dice que Herodes tenía intenciones de asesinar al profeta, porque este se oponía a su conducta inmoral. Sin embargo, se había negado a hacerlo por temor a enfrentar una revuelta del pueblo que consideraba a Juan como un verdadero profeta.

En medio de una fiesta, Herodes le hizo la promesa a su hijastra (antes su sobrina), diciendo que le daría cualquier cosa que ella pidiera. Entonces, Herodías aprovechó la oportunidad para influenciar a su hija y así cumplir su deseo de quitar de su camino al incómodo profeta. Fue así como pidió la cabeza de Juan en una bandeja y le fue concedido.

Tengo la firme convicción de que Dios, de muchas maneras, decididamente estorba nuestras conductas inmorales, estorba nuestro pecado.

Usualmente, lo hace a través de un siervo de Dios, del mensaje del pastor o incluso, de circunstancias que nos recuerdan que lo que estamos haciendo está mal.

Sin embargo, nuestro espíritu rebelde se resiste y de cualquier manera, busca quitar del camino aquella luz de verdad o aquel faro de libertad que intenta librarnos de nuestro mal proceder.

Amado lector, manténgase atento a las señales de Dios. Si el Espíritu Santo usa a alguien para exhortarlo o corregirlo, no lo ignore, no lo resista y mucho menos intente quitarlo de su camino. 

Luchar contra viento y marea para cumplir un deseo, no tiene ningún sentido a menos que Dios esté con nosotros. Hay deseos egoístas y otros carnales que se oponen a Dios. Están dentro de nosotros y debemos enfrentarlos con sabiduría y en el poder del Espíritu. 

Lo que se obtiene a través de la infidelidad, el dolor de otra persona o incluso, la muerte de alguien, no durará para siempre, perecerá, claudicará y la maldición terminará por quitarnos todo.

Abra bien sus ojos y observe con interés, porque quizá, Dios está poniendo obstáculos delante de usted tratando de salvarlo de una terrible consecuencia. 

No calle a sus líderes, no silencie a sus pastores, escúchelos porque es posible que Dios le esté hablando a través de ellos. 

A veces las personas piensan que sus líderes o pastores no quieren que ellos sean felices, pero eso no es cierto. Lo que ocurre es que, en ciertas circunstancias de la vida, ellos ven lo que usted no quiere ver.

Cuando buscamos la aprobación de nuestros pecados o bloquear a todo a aquel se opone a nuestra voluntad, terminamos por causar desastres irreparables. Cuide sus deseos, cuide su conducta. 

¡Reflexivo día!