Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 1 Timoteo 6:8.
Pablo “no tenía un pelo” de conformista, pero sí una clara conciencia del daño que produce el amor al dinero.
Él mismo le advierte a Timoteo que muchos que militaron en la fe, terminaron desviándose por causa de la codicia.
Considero que este texto es más poderoso de lo que parece. Lo considero así por tres razones. La primera, porque nos exhorta a ser agradecidos. La segunda, porque nos desafía a tener contentamiento. La tercera, porque nos advierte sobre un peligro latente.
La gratitud es más que una expresión. A decir verdad, es un cántico espiritual poderoso que exalta a Dios, y que las tinieblas no pueden soportar.
Cuando usted es agradecido, su alma descansa y entonces, Dios es glorificado. Quizá considere que carece de muchas cosas que anhela tener, sin embargo, su presente hoy le exige ser agradecido por causa de lo que ya tiene.
Si sus necesidades básicas están cubiertas, entonces viva agradecido y disfrute de ese gran privilegio. Usted puede decidir si “verá el vaso medio lleno o medio vacío”.
Viva contento. No permita que la amargura y el desánimo malogren sus emociones. Note que una amargura puede afectar su visión e impedirle ser feliz.
El consejo de la Palabra no es que se conforme, sino más bien, que aprenda a vivir contento con lo que tiene.
Alégrese y disfrute tanto como pueda. Pida al Señor un gozo renovado que le permita sonreír y aprovechar todas las bendiciones que ha recibido.
Finalmente, tenga cuidado. Usted quiere prosperar, pero asegúrese de que eso acontecerá a la manera de Dios.
Evite ser traspasado de muchos dolores. Si usted ama el dinero, tarde o temprano, su vida espiritual se afectará y quedará a merced de múltiples tentaciones.
Usted no debe amar al dinero. No existe un mandamiento en la Biblia que justifique tal cosa.
Es un hecho que el dinero es necesario, pero amarlo es un gran peligro. Usted tiene proyectos que requieren recursos financieros, debo decirle que Dios los tiene todos, pero bajo ninguna circunstancia negocie sus principios y su obediencia para obtener aquello que tanto desea.
Tampoco permita que su fe entre en conflicto. Tal vez usted se angustia porque es una persona de fe, pero las finanzas escasean.
Pues bien, la Palabra de Dios lo anima a confiar, pero también le advierte que es necesario recuperar la perspectiva correcta. Sea agradecido, viva contento y por favor, no ceda a la codicia.
¡Feliz y prospero día!