Después José tuvo otro sueño, y se lo contó a sus hermanos. Les dijo: —Tuve otro sueño, en el que veía que el sol, la luna y once estrellas me hacían reverencias. Génesis 37:9
Soñar es un regalo espiritual. Fuimos creados con la capacidad de recibir mensajes de Dios a través de los sueños.
Lo grandioso de los sueños es que, a través de ellos, usted puede vivir una realidad que aún no acontece. No tengo duda, de que Dios es poderosamente detallista como para darnos semejante privilegio.
Amado lector, los sueños, en muchas ocasiones, son el resultado de un plan divino que le está siendo revelado.
Amado lector, usted tiene una licencia divina para soñar. Ciertamente, la vida se configura a través de sueños. Nadie puede robarle esa capacidad, excepto usted.
Sueñe y crea en la realización de cada uno de ellos. Su destino no puede estar en manos de otros, sueñe y llegará lejos.
Nadie puede impedirle soñar. De hecho, soñar es una acción gratuita a la cual no se debe negar.
Si Dios ha sembrado un sueño en su corazón, entonces esfuércese por mantenerlo con vida. Debo recordarle que los grandes sueños enfrentan enemigos.
Si usted es hombre, sueñe. Si es mujer, haga lo mismo. Si es joven, por favor sueñe. Si su edad lo acompleja, venza esa falsa idea y sueñe.
Mucha gente vive al estilo de una hoja seca que es llevada por las corrientes del viento que golpean en todas las direcciones. Ese no debe ser su caso.
Levántese y luche por sus sueños. La presión, la crítica y el enojo de otras personas no pueden detener la grandiosa obra que Dios hará a través de usted. Por favor, sueñe en grande.
Bendecido día.