Renovación espiritual

Escrito el 08/03/2024
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


 

En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes. Efesios 4:23


Kodak, una de las empresas más importantes del siglo pasado, cerca del año 2000 se declaró en bancarrota debido a la llegada de nuevas tecnologías al mercado de la fotografía.

Las generaciones pasadas aún recuerdan aquellos tiempos en los que solíamos ir a una tienda de revelado para obtener, sobre un particular papel, las imágenes que habían quedado registradas en lo que llamamos un rollo fotográfico.

Hoy es muy sencilla la tarea. Las cámaras digitales, los teléfonos inteligentes y las sofisticadas impresoras láser desplazaron y dejaron en el olvido las viejas y anticuadas técnicas del pasado.

Kodak es tan solo una de las muchas otras empresas que enfrentaron la necesidad de renovarse. Lo cierto es que solo aquellas que pudieron reinventarse se mantuvieron activas y así siguieron prestando sus servicios.

Amado lector, hoy Dios le está haciendo un importante y singular llamado: permita que el Espíritu Santo lo renueve. No se conforme, usted puede ser mejor, usted puede ser semejante a Jesús.

Considero que uno de los más grandes milagros que he visto durante mi caminar con Dios es el de la transformación del corazón. Un viaje a la luna no me sorprende tanto como sí lo hace el cambio de la naturaleza espiritual de una persona sumergida en la más penosa vergüenza o en el más oscuro de los pecados.

Usted debe reinventarse. De hecho, de Dios recibimos el poder para que los cambios sean totalmente posibles. Sus reacciones, sus motivaciones, sus actitudes y pensamientos pueden ser cambiados por Dios.

Quedarse igual es renunciar al gran privilegio espiritual que Dios nos concede, al permitirnos gozar de las virtudes plenas de su Espíritu, reinando en nuestro corazón.

No persista en su antigua manera de vivir. No insista con sus viejos y anticuados métodos que no le han producido más que pérdida. Reinvéntese en su relación con Dios y permita que Él imprima su sello en su corazón.

Resistirse al trato de Dios es la peor decisión que pudiera tomar. Permita que Dios lo renueve.

Paz y bien.