Obediencia

Escrito el 09/03/2024
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Mateo 7:24.


La mejor forma de agradar a Dios, es obedeciéndole. Jesús explicó esta verdad a través de un ejemplo bastante común: las construcciones.

La vida cristiana es como un gran proyecto de construcción. Cuando un ingeniero civil construye un edificio, busca que sea lo suficientemente fuerte y seguro para que soporte vientos o movimientos sísmicos.

Lo más importante en una edificación no es la apariencia de la estructura, sino los cimientos sobre los que esta descansa. Asimismo, la base del éxito en la vida cristiana es la obediencia. Es preciso, que retengamos dos importantes consejos de Jesús:

El primero es escuchar. Escuchar es el primer paso para obedecer. Escuchar significa: percibir y distinguir sonidos. Sin embargo, el sentido de este verbo en la Biblia es mucho más profundo. Las Escrituras lo traducen como “entender lo que Dios dice”. Significa que, además de atender sus palabras, debemos entenderlas. 

Entenderlas significa interiorizarlas, es decir, permitir que ellas nos cambien. Por eso Salomón dijo: “Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos”. Proverbios 3:1.

Sabremos que hemos entendido las palabras de Dios cuando ellas ocupan el primer lugar en nuestro corazón. Para una persona obediente, las palabras de nuestro Dios son su norte, y no hay ninguna distracción que pueda desviarla del camino. 

El segundo es accionar. La Biblia contiene los testimonios de grandes hombres y mujeres de Dios. Nombres como el de Abraham, José, Ester y Esteban, aún se escuchan en nuestros días. ¿Acaso eran personas con características superiores a los demás? De ninguna manera; eran iguales a nosotros. La gran diferencia la hizo su determinación a obedecer y a poner por obra la voluntad de Dios. 

Hay personas dedicadas a escuchar, pero sin la disposición de poner por obra lo que aprendieron. Es por eso que la Biblia nos exhorta: Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos (Santiago 1:22).

Es necesario entender que existe una gran diferencia entre aquellos que escuchan a Dios y aquellos que toman acciones consistentes basadas en el consejo de Dios. Si Dios te ha hablado, entonces no tardes en tomar acciones concretas. 

Si has consultado a Dios por un asunto en tu vida, y Dios te ha revelado la dirección en dicho asunto, entonces ¿qué esperas para dar el siguiente paso?

¡Bendecido día!