Consejos sabios

Escrito el 21/05/2024
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio. Eclesiastés 5:3


Hay dos consejos para usted hoy. El primero es que sabiamente elija lo que hará cada día que el Señor le permita vivir.

Una vida ocupada no necesariamente es una vida productiva. Ciertamente, la productividad es el resultado del trabajo, pero del trabajo inteligente.

Con trabajo inteligente me refiero al uso de la reflexión y no al abuso del método “ensayo error”.

Meditar antes de llevar a cabo las acciones del día, le permitirá librarse de la fatiga innecesaria.

Cuando Jesús oraba en la mañana, no solo dedicaba su día al Padre, sino que, además, buscaba la manera de ser altamente productivo.

De allí que la voluntad de Dios para usted es una vida de constante fruto. Cuidado con la pérdida de tiempo y peor aún, con el ocio.

Lo único que logrará, por estar demasiado ocupado, es una fatiga peligrosa que lo conducirá a una estación de apatía espiritual y luego, a una zona de alta peligrosidad en la que, pecar, será una tentadora opción.

El segundo consejo es la prudencia. Póngase el reto de ser más prudente y cuidadoso cuando habla.

Por muy sabio que parezca, si se dedica a hablar más de lo que debería, se hará semejante a un necio.

Piense más, hable menos. Tan importante es el silencio, que en el siglo II D. C., el silencio intencional se convirtió en una disciplina que se conoció como "voto de silencio".

Hacer silencio se convirtió en un método efectivo para los que buscaban la santidad. Se ejercía el dominio de la lengua y la preeminencia de la autoridad de la mente sobre las acciones necias.

Usted quizá no pueda callar completamente; sin embargo, busque en este día la posibilidad de hablar menos con el propósito de no ofender a alguien o, incluso, de evitar malos entendidos.

Piense en Jesús y en su prudencia y sabiduría al hablar. Pídale al Señor en oración que le ayude a ser un hombre o una mujer prudente que guarda sus palabras.

Bendecido día, amado lector.