¡Avance sin miedo!

Escrito el 04/01/2025
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41:10


El temor, el cansancio, la impotencia y el fracaso, representan una serie de sentimientos y sensaciones indeseables.

Seguramente, usted no quisiera lidiar con ninguna de ellas. Sin embargo, mientras vive, tarde o temprano, aparecerán en su desafiante camino.

Ahora bien, permítame decirle que Dios no desconoce esta realidad, por eso le ha dado una promesa y quiere recordársela hoy.

Puede que experimente temor, pero Dios le dice: “no temas, porque yo estoy contigo”.

¿Tiene miedo? El miedo es una paralizante sensación de incertidumbre nacida de su vulnerabilidad como ser humano.

Pues bien, Dios le dice que no tema, usted cuenta con su compañía, Él no lo dejará solo, Él está con usted.

Él no dijo que lo librará de esa indeseable sensación. Él dijo algo mejor que eso, “yo estoy contigo”.

¿Recuerda cuando usted temía a la oscuridad? ¿Recuerda que la única forma de enfrentarla era contando con la compañía de sus padres o de un adulto? Si es así, reconozca que a veces no hacía falta que encendieran las luces para estar tranquilo. La compañía de alguien más, le daba profunda confianza.

Dios sabe que usted tiene temor, pero es necesario que entienda que Él está a su lado. Enfrente el temor, pero no lo haga solo, hágalo con Dios.

Frente al cansancio natural de su espíritu y su cuerpo, Dios le recuerda que Él mismo se encargará de darle nuevas fuerzas.

Tal vez usted hoy esté fatigado por lo difícil que ha sido su carrera espiritual. Quizá esté enfrentando una situación que le ha exigido una generosa inversión de fuerza, atención y energía.

Si eso estuviera aconteciendo con usted, sepa una cosa: Dios quiere darle nuevas fuerzas para continuar.

Quiero explicarle cómo actúa el cansancio. El cansancio, antes que nada, es una disposición de la mente. Su cerebro hace una lectura rápida de sus condiciones, e inmediatamente envía un mensaje a su cuerpo para que se detenga, y entonces, la posibilidad de rendirse y “tirar la toalla” se hace más grande.

Es muy probable que usted quiera abandonar la idea de negocio que Dios le dio. También, es posible que usted esté creyendo que no podrá con sus responsabilidades académicas o laborales, o quizá, con su matrimonio o ministerio.

Lo maravilloso de esta gran promesa que Dios le da, es justamente lo siguiente: Dios sabe que sus fuerzas terminarán, pero usted cuenta con la más grande reserva de nuevas fuerzas: Dios.

Sentirá frustración. Sí, ese sentimiento que lo hace sentir incapaz y que podría generar enojo a causa de su imposibilidad para lograr o solucionar cosas.

Pues bien, hay una promesa de Dios para usted: “te ayudare”. Me pregunto si habrá algo mejor que eso. Estoy seguro de que no. Usted hará grandes cosas con la ayuda de Dios.

Tal vez se sienta pequeño frente a ese gran reto que ahora enfrenta, pero Dios le dice: “yo te ayudo”. Debo decirle que Dios no solo estará a su lado para acompañarlo, Él no estará quieto, Él lo ayudará e intervendrá; Él estará al control.

Termino diciéndole que la expresión “te sustentaré con la diestra de mi justicia”, es mucho más que una oferta divina. Significa que la victoria es segura.

Créame, usted ha recibido una promesa segura que le promete una victoria segura. La diestra del Señor habla de sus eternas e innumerables victorias; por tanto, no tema al fracaso, usted cuenta con la compañía de Dios.

¡Victorioso día!