Acepte el reto

Escrito el 30/01/2025
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padreJueces 6:15


No se exalte, pero tampoco se descalifique. No permita que sus carencias lo anulen; si Dios lo escogió, es porque Él vio en usted grandes capacidades.

Si acepta los complejos y su inseguridad los magnifica, tendrá que acostumbrarse a la derrota. Si usted nació en un hogar pobre, eso no lo exime de responder al llamado que Dios le está haciendo.

Si no nació en el seno de una familia de renombre, eso tampoco lo libra de la responsabilidad de luchar por los suyos.

Si su matrimonio no está bien, entonces no culpe a otros y tampoco delegue la responsabilidad que debe asumir en su cuenta.

Los verdaderos guerreros se alimentan de sus frustraciones y los mueve el hambre por la victoria.

Tal vez se sienta abatido, pero usted está obligado a levantarse y continuar. Hágale frente a los complejos que le están robando la posibilidad de avanzar.

Los complejos operan desde adentro. Es decir, esas voces que oye, provienen de su mente. Casi todas, harán exactamente lo mismo: descalificarlo y hacerle creer que usted es la persona menos indicada para los propósitos de Dios.

Es tiempo de superar aquel recuerdo doloroso. No evite mirarlo, supérelo. Tal vez se ha pasado casi toda su vida huyendo de sus propios complejos, pero la única manera de superarlos es enfrentándolos.

El enemigo intentará engañarlo, haciéndole creer que no está listo y que no podrá superar el obstáculo que tiene frente a sus ojos. También intentará usar sus recuerdos para hacerlo renunciar durante su ascenso. No lo escuche.

Escuche a Dios. Así como habló al afligido corazón de Gedeón, así mismo le habla a usted hoy: "Jehová está contigo, varón esforzado y valiente".

No se acobarde, no permita que sus complejos dirijan sus decisiones. Es probable que no tenga un título universitario, pero así Dios lo ama y quiere usarlo. Tal vez no viva en el mejor sector de la ciudad, pero créame, Dios quiere usar su vida.

No permita que sus complejos se conviertan en su propia prisión. Salga de allí, deje de culpar a otros y emprenda la marcha de nuevo.

¿Lo aflige su condición económica? Si así fuera, permítame decirle que eso no justifica el hecho de que usted se niegue a cumplir con el llamado que Dios le está haciendo.

¿Le aflige su condición física? Si así fuera, usted debe superar ese complejo amándose a sí mismo.

Le diré algo más: Dios quiere usar su vida, no ponga excusas. Durante mucho tiempo usted ha hecho cosas por usted, es tiempo de hacer cosas por otros.

Elías estaba afligido en la cueva huyendo de Jezabel y de allí, Dios lo sacó. Gedeón estaba en el lagar, listo para esconder el trigo del pueblo enemigo, y allí, Dios le habló.

¿Dónde está usted?

¡Bendecido día!