Ahora bien, esto es lo que el Señor dice a la familia de Israel: «¡Vuelvan a buscarme y vivan! Amós 5:4
Usted puede ser un cristiano de varias décadas, o quizá, un recién convertido. En cualquier caso, estas poderosas palabras son para usted.
La “clave del éxito” en su vida cristiana está en "volver a Dios". El profeta Amós lo entendió bien. Ante la destrucción o la desesperanza, buscar a Dios se constituye en nuestra más importante medicina. Ninguna otra ambición en la vida es tan importante como lo es "buscar al Señor".
La búsqueda de Dios no solo nos provee de una clara dirección para el futuro, sino que, además, nos infunde aliento y vida.
Con “vida” no solo me refiero a la vida biológica, sino también, a la vida espiritual. Ambas, en definitiva, necesitan ser alimentadas y avivadas por la presencia de Dios. Tanto su cuerpo como su alma, recibirán la vida que solo Dios puede dar cuando es deseado.
Por eso, la forma más efectiva y auténtica de vivir, está en la acción constante de retornar a Dios y de ir a su encuentro para disfrutar el maravilloso regalo de su presencia. La vida está en Dios, la vida es Dios.
¿Atraviesa hoy una prueba? Busque a Dios. ¿Lo aflige una enfermedad? Busque a Dios ¿Está profundamente alegre? Busque a Dios.
La vida que Dios da, está disponible solo para aquellos que lo buscan.
Lo animo a no desperdiciar tiempo buscando donde no hallará nada. Si usted es sabio, entonces busque a Dios primero antes de ir tocando las puertas que Él mismo cerró.
No se debilite llamando a la persona incorrecta, asegúrese primero de acudir al secreto de Dios para escucharlo y entender cuál es su voluntad. Recuerde que la verdadera y más placentera vida, estará al alcance de sus manos cuando decida buscar a Dios sobre todas las cosas.
Si busca riqueza, hallará comodidades. Si busca honor, ganará respeto. Si busca fama, ganará popularidad. Si busca amor, hallará satisfacción, pero si busca a Dios, hallará vida y, junto a ella, también encontrará los más valorados tesoros.
Hallarlo a Él, es hallarlo todo.
Que Dios sea su porción diaria.