Ame a Dios y confíe en los resultados

Escrito el 01/07/2025
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente ha imaginado lo que Dios tiene preparado para quienes lo aman» 1 Corintios 2:29


Dios suele tener sorpresas con sus hijos. Me encanta la idea de caminar con Dios y disfrutar día a día de los tesoros que emanan de su perfecto amor. 

Ciertamente, el más grande deseo de Dios es ser amado y es, justamente para quienes lo aman, que Él ha preparado lo mejor de sus bendiciones. 

Nuestra mente, en muchos sentidos, es limitada. La verdad es que pocas veces logramos gozar de una visión panorámica (total) que nos permita ver más allá de las circunstancias del momento. 

Sin embargo, es claro que, mientras nosotros interpretamos con esfuerzo lo que nos sucede, si amamos a Dios, podemos tener la seguridad de que Él está fabricando, cuidadosamente, nuevos proyectos y dádivas que nos alegrarán la vida.

Es posible que usted tenga dudas con respecto al futuro. Quizá se encuentre en medio de dos caminos con la necesidad urgente de elegir uno. Si así fuera, recuerde cuánto poder tienen estas palabras: «ninguna mente ha imaginado, lo que Dios tiene para los que lo aman». 

Amado lector, en este contrato que usted firmó cuando entregó su corazón a Jesús, en letra pequeña aparecen sus garantías y condiciones de cumplimiento. Mientras usted ame a Dios, podrá estar seguro de que Dios labrará para usted un estupendo destino. 

Se lo explicaré de otra manera. Sus mejores ideas y más estupendos planes no superan los planes que Dios tiene para usted y tampoco igualan los beneficios que Él reservó para su futuro. 

Amar a Dios es la garantía de que estaremos seguros, incluso cuando vengan las pruebas y dificultades. Dios tiene planes maravillosos con usted y le ha preparado una ruta de constante deleite, pero recuerde, la manera en que usted lo descubrirá será amando a Dios más que a nadie. Esa es la llave. 

Amado lector, si pudiera darle un consejo sabio en este día, le diría: ame a Dios y deje lo demás en sus manos. Apasiónese por las sorpresas de Dios, le aseguro que le producirán gozo abundante. 

Con amor, su servidor.