Entonces el Señor le dijo a Gedeón: «Tienes demasiados guerreros contigo. Si dejo que todos ustedes peleen contra los madianitas, los israelitas se jactarán ante mí de que se salvaron con su propia fuerza. Jueces 7:2
Dios no comparte su gloria con nadie. Él la quiere toda. Ciertamente, el Señor está dispuesto a compartir casi todo con sus hijos, excepto su gloria.
Quienes han intentado robarla, no han sobrevivido para contarlo. Quienes se han burlado de ella pagaron un alto precio por despreciarla. Quienes la codiciaron fueron expulsados del cielo y arrojados a lugares secos.
¿Puede comprender ahora lo importante que es atribuirle al Señor toda la gloria? Amado lector, ¿qué prefiere? ¿Prefiere un gran ejército con usted sin el respaldo de Dios, o prefiere una pequeña compañía de valientes, pero con el favor del Señor?
Dios no permitirá que el mérito se lo lleve otro. Por eso usted debe cuidarse de no engrandecerse con sus logros. Recupere el sentido y entienda que lo que usted hoy es, y lo que hoy tiene, todo se lo debe a Dios.
Lo extraordinario de pensar así es que, si por alguna razón usted pierde algo de lo que tanto valora, usted rápidamente se hará a la idea de que nunca fue suyo.
Su familia es de Dios, su empresa es de Dios, su ministerio es de Dios; no confunda las cosas, recuerde que quien debe ser exaltado es Dios, no usted. Recuerde siempre que “se trata de Dios, no de usted”.
Gedeón venció un gran ejército con un reducido número de hombres. Es que un gran ejército puede intimidar, pero la presencia de nuestro Poderoso Dios hace que sus enemigos huyan.
Quizá usted tiene un gran ejército que enfrentar, y siente que, en vez de hacerse más fuerte, lo que está ocurriendo es que se siente más débil; en vez de sentirse acompañado, se ha venido sintiendo más solo.
Pues bien, tengo buenas noticias para usted. Gedeón se sintió igual, pero, de no haber sido así, él no hubiera disfrutado del extraordinario sabor de la victoria.
A veces no estarán a su alrededor las personas que espera, tampoco los recursos que necesita, pero lo que eso está anunciando es que Dios ha venido a llenarlo, a empoderarlo y a pelear como un aliado en su equipo.
Amado lector, si usted le ha quitado mérito al Señor, arrepiéntase y pídale perdón; si usted está experimentando una difícil situación y cree no tener lo necesario para salir de ella, recuerde que Dios nunca se marcha en sus más difíciles circunstancias; Él interviene en el momento en que más gloria Él pueda recibir.
Tenga esperanza, confíe en el Señor y dele la gloria.