Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Hebreos 11:8
Hay momentos en la vida en los que tendremos la sensación de haber perdido el sentido de orientación. Suele ser una extraña experiencia en la que llegamos a asombrarnos debido a que, aun cuando tenemos planes, algunos indicadores de nuestra conciencia nos dicen que a ciencia cierta no sabemos a dónde llegaremos. Le ocurrió a Abraham y podría ocurrirle a usted.
Cuando Dios quiere reorientarnos, Él nos llama para que salgamos del lugar en el que nos encontramos y nos dispongamos a seguir las nuevas coordenadas escritas con la tinta de la fe. En realidad, lo que Dios está haciendo cuando esto ocurre es que está probando nuestra confianza en Él.
Abraham tuvo mucha fe para abandonar un lugar, una cultura y una historia. Quizá consideró todas las variables, pero no permitió que su apego por Harán le robara el privilegio de ver una promesa cumplida en su vida (Gén. 12).
La vida está llena de decisiones de fe. Por eso nos llamamos creyentes. Le creemos a Dios a pesar de las circunstancias.
Ahora bien, creerle a Dios no es el fin, es el medio. Es creyéndole a Dios como podemos participar de los planes que Él tiene para nosotros. En ese sentido, la incredulidad es un tropiezo en su vida.
¿Se imagina a Abraham dudando del llamado de Dios? Tal parece que Abraham no se permitía la libertad de dudar acerca de lo que Dios dijo que haría.
Amado lector, a veces usted deberá tomar decisiones por fe. La fe hace parte del plan; por lo tanto, deberá contar con ella para dar su siguiente paso. Si Dios lo está llamando, ¿entonces qué espera para actuar?
Abraham no tenía todo claro, pero estuvo seguro de que Dios tenía el control. Tanta era su fe, que salió de un lugar excepcionalmente cómodo para dirigirse a otro que le era desconocido, todo porque Dios se lo dijo.
Por eso la pregunta más importante que deberá contestar no es ¿hacia dónde va? Si no, más bien, ¿quién lo llamó? Si es Dios quien ha trazado su ruta, entonces no tema, Él le dará todo lo que necesita y lo prosperará.
Bendecido día.