Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. 1 Timoteo 1:17
Estas palabras se le atribuyen al gran apóstol Pablo. Son parte de su legado para el joven pastor Timoteo. Se cree que su carta la escribió al final de su vida.
Para ese momento, el apóstol había vivido lo suficiente como para llegar a esta poderosa conclusión. Él afirmó, con gran convicción: Jesús es el rey, es inmortal, es invisible, es único y es sabio.
Me pregunto, ¿qué implicaciones prácticas para nuestra vida tiene esta poderosa declaración?
Afirmar que Jesús es Rey es otra forma de decir que Él tiene toda autoridad y dominio sobre cualquier poder terrenal o espiritual. Es Rey porque primero fue siervo, por lo cual su trono no puede ser cuestionado y mucho menos usurpado. Él venció y fue coronado.
Con la expresión “inmortal”, Pablo estaba declarando que Jesús venció la muerte y jamás sería o será vencido por ella. Ninguno de sus enemigos pudo derrotarlo. Satanás y sus demonios son tan solo minúsculos paladines ante su poder.
Luego, Pablo se refiere al carácter existencial de Jesús dando fe de que es invisible. Aunque esté por fuera del alcance de la visión humana, Él es el Señor y, por el hecho de no habitar un cuerpo material, no significa que su existencia esté en duda.
Como si lo anterior fuera poco, Pablo, en son de alabanza, afirma que Jesús es único. Sobraría decir que nadie lo puede igualar en poder, santidad, amor, paciencia y misericordia. Él es inigualable, porque simplemente no hay otro; Él es irrepetible.
El reconocimiento de la sabiduría de Jesús no quedaría por fuera de su descripción y su alabanza. Si Jesús es sabio y nadie puede instruir su mente, ¿puede imaginar los beneficios de tenerlo en su corazón?
Él sabe cuál es el mejor camino para usted. No hay asunto sobre el cual Jesús no tenga conocimiento y dominio. Él sabe de todo porque Él lo sabe todo. ¿Podría hoy descansar en esa verdad? Si tiene dudas y necesita dirección, tenga confianza; para Jesús no hay tema que esté por fuera de su capacidad.
Amado lector, ¿es consciente del maravilloso Dios que tiene? Lo invito hoy a rendirse ante Jesucristo el Señor. Su dificultad tiene solución porque Él es Dios.
Con amor, su servidor.

