No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. Isaías 43:18
Usted ha eliminado mensajes y fotos de su celular. Es probable que lo haya hecho por dos razones primordiales.
La primera es porque la memoria de su dispositivo es insuficiente. La segunda, porque quizá no quiere recordar momentos del pasado.
En ambos casos, usted hace la misma cosa. Observa los archivos, los prioriza y entonces descarta los que considera irrelevantes.
Uno de los resultados (casi inmediatos) de este ejercicio es que el rendimiento y la velocidad de su dispositivo mejoran.
Amado lector, considere hacer lo mismo con las historias y eventos del pasado que aún persisten en su mente.
Si usted está buscando un mejor rendimiento, entonces asegúrese de descartar lo que no sirve.
Usted desperdicia tiempo, energía y recursos, pensando y recordando antiguas experiencias que solo le producen dolor y frustración.
Dios quiere hacer obras nuevas en su vida. Sin embargo, eso no ocurrirá hasta que usted esté dispuesto a mirar su pasado de otra manera.
Si su mente está saturada de recuerdos, muy seguramente, su corazón estará asfixiado por sentimientos que esos recuerdos le generan.
Si usted hizo cosas de las cuales se arrepiente, entonces entréguelas de una vez por todas en el altar de Dios y no las vuelva a recoger; Dios se encargará de perdonarlas y de poner sus obras en lo profundo del mar.
Si usted se está lamentando por una mala decisión que tomó en el pasado, por favor, recuerde que la sangre de Cristo no solo redimió su alma, sino también sus errores y pecados.
Amado lector, ¿le gusta como a mí lo nuevo? Permítame entonces decirle que lo que Dios le ofrece es un futuro auténtico y nuevo.
Salga ya de ese lodo de recuerdos que lo afligen, y comience a llenar su mente de las prometedoras palabras del Señor.
Sea sabio. No viva más en el pasado. No alimente su mente con cosas que pasaron.
Si le parece bien, deje a un lado su teléfono y vaya a su habitación, a su mesa de noche, a su computador, y deshágase de todo aquello que lo conecta con el pasado tormentoso que usted vivió.
El primer paso hacia lo nuevo, ciertamente, es una mirada crítica al presente. Ya es suficiente. Dios es Dios de nuevos comienzos. Empiece entonces de nuevo.
Con amor, su servidor.

